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Alfonso Carbonell Chávez

  • ¡La incorruptible derecha!

¡Qué bochorno!, ¡qué horror!, ¡qué atrevimiento!…ya viste ¡cuánto pobre! ¡Fuchi, guácla! Y es fácil imaginar la bonita plática entre la clase encumbrada del país que como “Juniors” cualquiera, las élites insisto, mismas que se valían de un gobierno corrupto para engrosar sus fortunas a costillas del erario y el incremento de pobres, sí de ésos que les dan “asquito”. Sin duda el encabronamiento es por la pérdida de canonjías y privilegios que al amparo del poder público, la clase conservadora incrustada en la derecha hipócrita disfrutaba, aunque más les valdría irse haciendo a la idea que mientras Andrés Manuel López Obrador gobierne el país, y no sólo por él sino porque así fue el mandato ciudadano, la transformación con todo y Covid incluso además de este virus, el país saldrá adelante en lo sanitario, económico y social. Insisto pese al más peligroso virus que es la derecha.

Y como lo he comentado reiteradamente, la reacción opositora de la clase empresarial seguido por los grandes emporios de la comunicación y por supuesto la clase política agrupada en los partidos ya conocidos, ya no saben qué más usar de pretexto para írsele a la yugular presidencial. Y se sabía no podría ser de otra forma, entendido que a la par de perder el poder político, también se les esfumó el poder económico que cohabitaban como uno sola entidad. Así cuando no es el tema del crecimiento económico (del PIB) que solo ellos eran los beneficiarios, le buscan en la asignación de recursos para los pobres o el tema de inseguridad y violencia que es grave; o como ahora el coronavirus y así hasta el infinito…y más allá. Lo que pueda surgir primero será usado para atacar el proyecto de la 4T, mirando la paja en el ojo ajeno por no ver la viga que traen en el propio. ¡Ojetes!

Así y de manera sincronizada, los medios de circulación nacional como ahora algunos extranjeros (¡uy no sí “el niu yor taims”), en sus editoriales o sus notas principales, por ejemplo, se dedican a atacar al gobierno federal por el tema del COVID-19, sobre todo en cuanto a la estrategia para su contención, mitigación y control (que no cura porque no la hay), pero con marcado acento a una presunta doble contabilidad o subregistro de los casos sean los confirmados, descartados o del crecimiento (curva) y por supuesto el número de decesos. Tal parece y no deja otra lectura, que las cifras observadas en el tema de la enfermedad que muestra un espectro de salud atendible, es decir que se puede dar atención incluso en un escenario catastrófico de enfermos de acuerdo a lo estimado, los opositores y llámeles derecha o conservadores que son la misma gata revolcada, quisieran ¡se frotan las manos! para que el tema de la epidemia mundial se torne inmanejable para el país y entonces sí o más allá de las cifras de contagios y muertes insisto, se desborde y el número de muertos sean como ellos y sus voceros estiman, multiplicados por 10, 20 o más de las reportadas por el sector salud que insisten esconden la verdad. Y entonces sí, tener argumentos para echárselo en cara al presidente su fracaso y cargarle a su gobierno el costo político de los muertos. ¡Insensibles!

Así en su búsqueda enfermiza por recuperar el poder económico sobre todo, los ha llevado a una espiral criminal de desinformación con el único fin de causar, y esa es su apuesta, desesperanza, frustración y zozobra y entre todo ello, miedo que paraliza y que se convierte en ira y reclamos a la autoridad. Y es ahí donde los medios de comunicación tradicionales -aunque no generalizo- pero teniendo de contrapeso a las benditas redes, la “infodemia” desatada, al igual que el coronavirus es altamente contagiosa e insisto, dentro de una estrategia perfectamente orquestada desde sus múltiples plataformas digitales (por que la prensa escrita es casi inexistente), en sus editoriales desacreditan al gobierno y lo mismo puede ser el tema de la emergencia sanitaria, qué mañana la crisis económica y el cierre de empresas con la pérdida de empleos y de crecimiento negativo del PIB. Del que ahora todos son expertos.

Es realmente indecoroso que en tiempos de pandemia con miles de enfermos y muertes por el virus, o al menos estimo pudiera parecerles a las buenas conciencias, luchadores sociales, políticos bien nacidos e incluso periodistas críticos, el ver, escuchar o leer a una pléyade de intelectuales orgánicos del viejo régimen corrupto, coordinados por un periodista más falto de crédito al tiempo de experto en montajes televisivos de falsas capturas decía, transmitir un programa de “análisis” desde una plataforma llamada latinUS que presumo es del rementoteado periolisto de Mole, que como si fuera nado sincronizado y sin una sola voz discordante al menos para aparentar, muestran estulticia al coincidir en su juicios, críticas, descalificaciones y ataques sistemáticos contra de Andrés Manuel como le dan en llamar al presidente.

Así personajes como Héctor Aguilar Camín (el mismo que considera héroes a Cortés, Maximiliano y Porfirio) y en otro recuadro el impresentable ex canciller de Fox Jorge Castañeda, y ni qué decir de Enrique Krause uno de los principales instigadores de acusar a López Obrador de que convertiría el país en otra Venezuela. Y una más que omito por razones de género pero que apuesta en señalar que en 2021, López Obrador perderá la elección (sic). Pues, bien, todos como el  muégano ideológico que son y todos también, desde sus confortables oficinas climatizadas y mullidos sillones e incluso uno que otro como el conductor, desde los Estados Unidos de América (¡de aquí soy papá!), y claro sin perder la oportunidad de mostrar su cultura e intelecto presumiendo una biblioteca que haría palidecer a la “Alejandrina” según cuentan. Decía pues; ahí sumamente preocupados por la crisis  pandémica que azota al país (México) y consternados hasta las lágrimas íngrimas por las muertes ocurridas, se estrujan sus corazones por el miedo al contagio -¡ajá!- que los hace palidecer sin dejar claro, de mostrar su buen humor entre bromas y risas. (Y se atreven a llamar insensible al presidente). Así e igual, se conmueven por la pérdida de empleos y la suerte de millones de trabajadores –pobres- que verán mermadas sus ya de por sí paupérrimas economías (doble ajá). El silencio de los convidados a la cena de peje lagarto, resulta ensordecedor. Carcajadas unísonas. Pobres, cómo sufren.

Así pues, la “incorruptible derecha” amén de hipócrita y moralmente derrotada, echará en esta recta final de la pandemia, todo el veneno que les queda y que es mucho todavía. Porque y eso los espanta y ocupa, que al evaluar los resultados de la estrategia como la sana distancia, quédate en casa entre de otras decisiones fundamentales como la reconversión de hospitales, contratación de personal médico y enfermeras, capacitación como la adquisición de insumos y respiradores ah, y todo ello sin necesidad de recurrir a medidas autoritarias, el gobierno de la Cuarta Transformación y el propio Andrés Manuel serán calificados en su justa dimensión. Es decir, una vez más, se les habrá apestado la estrategia de derrocar a Andrés Manuel López Obrador esgrimiendo la espada de la mentira, que resulta ser y lo saben, el presidente más legítimo de la historia moderna de nuestro país. Así entonces, la “incorruptible derecha” deberá esperar que soplen otros vientos de corrupción para hacerse del poder político, y lo que les puede más, económico. ¡Me queda claro!

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