INTERNACIONAL

‘Cacerolazo’ desde las ventanas y balcones contra el rey en España

Madrid – El Rey Felipe VI fue el objeto de una doble cacelorada de protesta de miles de ciudadanos en todo el país, que así expresaron su hartazgo ante una institución carcomida por los escándalos de corrupción.

El monarca está siendo cuestionado por haber aprovechado el “estado de alerta” que se decretó en España por la pandemia del Covid-19 para anunciar la ruptura con su antecesor en el cargo y padre, el rey emérito Juan Carlos de Borbón, que está siendo investigado por la Fiscalía suiza en un turbio caso de pago de comisiones ilegales en la construcción del tren de alta velocidad a La Meca.

A través de las redes sociales, alentado también por políticos destacados de izquierda, como la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, o representantes del independentismo catalán, miles de ciudadanos en todo el país, confinados en sus casas por la cuarentena obligatoria decretada por el gobierno, se citaron a las doce la mañana para expresar su malestar con la monarquía. La primera convocatoria tuvo un seguimiento desigual, el Madrid el respaldo fue mínimo, mientras que en las principales ciudades catalanas fue más multitudinaria.

Pero también a través de las redes sociales se hizo una segunda convocatoria, esta a las nueve de la noche, coincidiendo con el mensaje a la nación que dio el monarca con motivo de la crisis por la pandemia. Mientras en las televisiones, radios y medios de comunicación digitales aparecía el Rey Felipe VI dando su discurso, en las ventanas y balcones había miles de ciudadanos con sus cacerolas y sus cucharas para hacer el mayor ruido posible. Para que se escuchara su profundo malestar con una institución cada vez más cuestionada. En Madrid el estruendo de las cacerolas se intercalaba con gritos como “Borbones, ladrones”, “sinvergüenzas” e, incluso, “gobierno, dimisión”. Ya que la protesta también sirvió para expresar el rechazo de muchos ciudadanos a la negligencia del gobierno para afrontar esta crisis, sobre todo por la tardanza en la respuesta y lo equívoco de las medidas.

El Rey Felipe VI no hizo ninguna alusión a la crisis en la que está inmersa la Casa Real tras conocerse que su padre le había nombrado heredero de un fondo millonario de 65 millones de euros localizado en un paraíso fiscal y que presuntamente procede del cago de comisiones ilícitas tras su intervención en la adjudicación de los contratos para la construcción del multimillonario proyecto del tren de alta velocidad de La Meca, auspiciado por el gobierno de Arabia Saudí. De hecho uno de los clamores más repetidos en las caceroladas y en torno al cual se congregaron miles de ciudadanos fue que “donara los 100 millones de euros de los saudíes a la sanidad pública”.

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