Antologia poética, AET, Asociación de Escritores de Tapachula, Andrés Felipe Escovar, 9 de Agosto 2019
ARTE Y CULTURA

Presentación de la segunda antología de la AET (Asociación de escritores de Tapachula)

 Colaboración especial:  Andrés Felipe Escovar 

El nueve de agosto se presentó la segunda antología de esta asociación en las instalaciones del Convento de Santo Domingo en San Cristóbal de las Casas. Los tres poetas que leyeron parte de sus trabajos y contextualizaron la aparición de este libro fueron Gerardo Torreblanca, Mónica Zepeda y Ulises Córdova.

 

La culpa fue de la lluvia dijo, entre una sonrisa, Ulises Córdova. Y, entonces, sonrieron los asistentes; sabían que pocas veces un evento de poesía contaba con una numerosa afluencia de público. Luego, el poeta leyó uno de sus trabajos y lo siguió Mónica Zepeda; ella, más que leer, echó un vistazo a sus versos, levantó la mirada y la dirigió a todos y cada uno de quienes la escuchamos, como si nos disparara.

Gerardo Torreblanca, el director de la Asociación de escritores de Tapachula, refirió las condiciones en las que ganó un concurso nacional de oratoria que se celebró en Puebla en 1984 para luego declamar. Sus ojos se cerraban cuando sus versos semejaban un monólogo y los volvía a abrir cuando su poema interpelaba al lector u oyente.

Ellos fueron los tres representantes del volumen que, desde el nueve de agosto, circula por las librerías de Chiapas. La antología está compuesta, además de poemas, por un par de cuentos y un ensayo, con lo que los géneros no guardan las distancias que recomiendan los cultores de las ventas en librerías.

Mónica Zepeda, abrió el evento con una intervención en donde proclamó a la poesía como meta de nuestra especie. Lo dijo mientras afuera del convento Santo Domingo, el lugar donde se realizó la presentación de la antología, estallaban cohetes cuyo destino no era otro que su explosión pues la luna estaba más lejos aún que cualquier otro propósito existencial.

Con la lluvia que permanecía en su pelo, Córdova culminó su última intervención con una referencia al poemuralismo que trabaja como una derivación más de la poesía y leyó un extracto de sus últimos escritos, alineados a esta forma.

Torreblanca se resistió a leer algún verso de su autoría; prefirió recordarlos y resignificarlos con sus interpretaciones dramáticas. Por eso, cuando Córdova le pidió una lectura, le pidió a Mónica que lo hiciera; cuando ella empezó a leer, él cerró los ojos, movió sus labios y ladeó su cabeza al ritmo de la música que busca hallar en sus versos.

Al final del evento, la lluvia acabó sin que ello la exonerara de su responsabilidad.

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