No hay “una verdadera transformación” de vida: diócesis de San Cristóbal

Elio Henríquez/San Cristóbal de Las Casas, Chis/La Jornada .- El área de Pastoral Social de la diócesis de San Cristóbal de Las Casas afirmó que “no vemos una verdadera transformación en favor de la vida ni hacia el crecimiento y desarrollo de los pueblos”, pues “se alimenta el sistema capitalista de muerte y se violando los derechos humanos debido al despojo, privatización del territorio y de la madre tierra”.

En un documento agregó que “los programas de gobierno continúan en la lógica de dividirnos y nos vamos sintiendo vigilados y controlados a través de la información solicitada por los evaluadores y encuestadores que se articulan con los delegados para conocer nuestra forma de vivir, de organizarnos y pidiendo nombres de líderes de nuestros pueblos, lo que para nosotros significa una amenaza latente que va disminuyendo las fuerzas de unidad y de fe en el pueblo”.

Señaló que “esta realidad está unida a los megaproyectos y programas que se han venido imponiendo desde sexenios anteriores sin que se haya respetado el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el artículo segundo de la Constitución mexicana”, además de “aplicarse ahora las simuladas consultas con personas que no se verán afectadas de manera directa, ya que no son parte de los territorios en cuestión”.

Subrayó: “Llevamos décadas de programas asistencialistas que han empobrecido y dividido a las comunidades. Con tristeza venimos observando que continúan debilitando bienes comunales y trabajos colectivos; se talan terrenos, se va fomentando la corrupción entre los jóvenes de la comunidad, lo que trae como consecuencia un mayor empobrecimiento, individualismo, alcoholismo, drogadicción, migración, con lo que aumentan las divisiones en los pueblos y las familias”.

Por todo lo anterior exigió a los tres niveles de gobierno “respeto a nuestra cultura y a la forma de organizarnos de los pueblos; no repetir los vicios de sexenios anteriores implementar programas que promuevan y fortalezcan el trabajo colectivo, comunitario y el cuidado de la tierra, y no seguir generando programas que provocan individualismo y confrontan a las comunidades”.