CIENCIA Y TECNOLOGIA

Envían una sonda a la Luna con millones de archivos sobre la historia de la humanidad

El módulo de aterrizaje lunar Beresheet, construido de forma privada por Israel, se encuentra actualmente de camino a la Luna, y junto a él va un pequeño disco repleto de 30 millones de documentos, que contienen información básica sobre el conocimiento humano. Esta colección de imágenes, texto y símbolos es el primer paso de un proyecto para construir una “Biblioteca Lunar” y parte de una iniciativa más grande que busca crear un archivo galáctico de la Tierra.
La Bóveda del Juicio Final, que se encuentra en el Ártico y contiene una gran selección de las semillas del mundo, se ve cada vez más amenazada a medida que el cambio climático se acentúa. Y la aniquilación nuclear aún es una amenaza que se cierne constantemente sobre el planeta, por lo que la Tierra podría no ser el lugar más seguro para almacenar todo el conocimiento y los progresos humanos. Por estas y otras razones, la Arch Mission Foundation (AMF) está trabajando en un enfoque múltiple para reducir “los documentos de nuestra civilización” a un formato sostenible y enviarlos al espacio. El jueves, el cohete SpaceX Falcon 9 lanzó módulo de aterrizaje Beresheet, donde iba el primer disco de la Biblioteca Lunar, que llegará a la Luna el 11 de abril.
El archivo del tamaño de un DVD, compuesto por 25 discos de níquel, fue fabricados a medida por NanoArchival para almacenar una gran cantidad de información en formatos analógicos y digitales. Aunque no es posible afirmar con certeza que el dispositivo pueda soportar temperaturas extremas y altas dosis de radiación durante miles de millones de años, eso es lo que creen que ocurrirá.
Según la AMF, las primeras cuatro capas del disco de 120 milímetros contienen pequeños grabados analógicos que se pueden ver con un microscopio de baja potencia. En total, albergan 60.000 imágenes de documentos, fotografías, libros e ilustraciones. La primera capa se puede ver con un aumento de 100x y las siguientes tres capas contienen grabados 10 veces más pequeños. Entre los contenidos de estas capas se encuentra una copia del Disco Rosetta, que contiene una guía lingüística de más de 1.000 idiomas humanos. Las capas analógicas también contienen más de un millón de conceptos con fotografías y palabras en varios idiomas.
Las capas analógicas también incluyen instrucciones técnicas para acceder a las capas digitales del dispositivo, incluidos los conocimientos científicos y de ingeniería necesarios para decodificar los formatos de archivo. Los contenidos digitales descomprimidos son aproximadamente 200 GB de información e incluyen una copia completa de la Wikipedia en inglés.
La idea es continuar enviando más discos a la Luna con documentación adicional sobre la humanidad. Ya está prevista otra misión junto con Astrobotic en 2020. Y ya existen archivos más pequeños en el espacio, como los que hay orbitando a la Tierra o a bordo del Tesla Roadster rojoque Elon Musk envió a Marte el año pasado.
No se trata solo de guardar documentos en caso de que los extraterrestres encuentren la Tierra en ruinas después de que la hayamos destruido. La fundadora de AMF Nova Spivack le dijo a CNET que “la red interplanetaria de backup que hemos iniciado puede incluso ayudar a habilitar un Internet interplanetario”. Debido a que lleva mucho tiempo transmitir información a través del limitado ancho de banda entre la Tierra y el espacio exterior, la AMF espera configurar este tipo de bibliotecas en varios puestos avanzados para que los equipos los puedan decodificar y acceder a ellos.
Desafortunadamente, no se conoce todo lo que se ha codificado en esos discos. Sabemos que existen fragmentos de the Internet Archive y una copia de The World Factbook en el dispositivo. Además, existe una lista de temas distribuidos por categorías como “aeroespacial” o “matemáticas”, y otras más sorprendentes como “estudios de mujeres”, “criminología” o “humor”. También incluye una serie de documentos y referencias a Israel, como su himno nacional, su bandera o testimonios del Holocausto.
La AMF está trabajando con importantes organizaciones sin ánimo de lucro como el Proyecto Gutenberg y la Fundación Wikimedia, pero también está consiguiendo fondos privados a cambio de poder elegir parte del contenido que se envía.
Via: Gizmodo

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