DESTINOS

Magdalena de Kino

El misionero Eusebio Francisco Kino realizó una labor titánica en el norte de México a caballo entre los siglos XVII y XVIII: bautizó a millares de nativos en una región varias veces abandonada por los colonizadores españoles, que huían de los sangrientos ataques de los indios. Construyó misiones en Sonora y Arizona, al tiempo que exploraba una región vastísima. Sus dotes diplomáticos lo llevaron a ser muy querido por los evangelizados, al grado que el Capitolio estadunidense alberga su estatua, por pedimento del pueblo arizoniano.
Fue además un hombre dedicado a la ciencia, con sus estudios sobre astronomía; su trabajo como cartógrafo brindó luz a los misioneros jesuitas españoles que posteriormente lograrían la evangelización de las Californias, al descubrir que se trataba de una península, y no de una isla. Entre las misiones fundadas por él se incluyen las de Dolores. Remedios, Nuestra Señora de Caborca, Pitiquito, San Cayetano de Tumacácori y San Xavier del Bac, entre varias otras; la Misión de Santa María Magdalena ya existía en el estado de Sonora desde muchos años antes de su llegada al Nuevo Mundo, aunque el Padre Kino la salvó del olvido al refundarla en sus primeros años como misionero.
No obstante, el sacerdote no pasó mucho tiempo de su vida en este lugar, pues su vocación era viajar para difundir el evangelio. La razón por la que el pueblo de Magdalena de Kino le rinde honor en su nombre es que, el 15 de marzo de 1711, el sacerdote murió repentinamente al terminar la inauguración de la capilla de San Francisco Javier. Sus restos fueron sepultados en el pueblo, aunque durante 250 años se desconoció el lugar exacto de su sepulcro, que fue buscado por antropólogos e historiadores mexicanos y estadounidenses.
Por fin, en 1966 sus restos fueron encontrados bajo la Plaza Monumental, donde fue levantado un mausoleo en su honor. Así, la labor del padre Kino perdura en los relatos de los habitantes de Magdalena, que cada tercera semana de mayo celebran el Festival Cultural Kino, que de 1967 a la actualidad ha crecido de manera significativa, y se realiza de manera simultánea en los municipios de Santa Ana, Trincheras, Caborca, Pitiquito, Altar, Oquitoa, Átil, Tubutama, Sáric, Ímuris y Cucurpe, en calidad de subsedes.
Dicho festival celebra la labor de los misioneros a Sonora con espectáculos, conciertos de música tanto clásica como folcklórica y popular, teatro, danza, literatura, talleres artísticos, exposiciones, charlas y conferencias sobre la vida y obra del Padre Kino, además de muestra artesanal y gastronómica de toda la región donde tuvo influencia esta importante figura de la época de las misiones.
Magdalena de Kino se constituyó así como el centro de la Ruta de las Misiones, al oeste de la Sierra Madre Occidental, símbolo de la evangelización de los indios Pima Alto y uno de los escenarios de fe más concurridos, por integrar las tradiciones religiosas provenientes del Viejo Continente con las creencias de grupos étnicos como los Yaqui, los Mayos y los Tohono o’dham.
Qué visitar en Magdalena de Kino Pueblo Mágico
Magdalena llegó a ser una de las villas más importantes de Sonora entre 1854 y 1880, cuando fungió como aduana de México, y como el lugar más seguro para los viajeros que iban hacia el norte, región inhóspita y desploblada donde las incursiones de los apaches los ponían en constante peligro. Después de este auge el poblado conservó su importancia, por lo que se invirtió en el levantamiento de las hermosas construcciones que habitan hoy en día el Pueblo Mágico.
Uno de los mejores modos de recorrer la historia arquitectónica de Magdalena es integrándose a la Ruta del Corredor Histórico Cultural, que brinda a los turistas la oportunidad de entrar a viejas casonas y espacios emblemáticos del pueblo. Uno de ellos es el Colegio Coronel Juan Fenochio, un esfuerzo conjunto de los magdalenenses construido a principios del siglo XX, célebre por ser el recinto en que se firmó la Constitución de Sonora en 1917.
Varios personajes ilustres del estado han pasado por las aulas de enseñanza básica de ese colegio; sin embargo, uno de los más conocidos y recordados en todo el país fue Luis Donaldo Colosio Murrieta, el ex candidato a la presidencia del país en la contienda electoral de 1994 que fue víctima de magnicidio. Un mausoleo en el cementerio local y una estatua en el extremo sur de la Plaza Monumental honran la memoria de este ilustre personaje de Magdalena de Kino.
La Plaza Monumental es un lugar que invita a pasear y relajarse, además del punto de reunión durante las celebraciones y eventos cívicos del pueblo. En su lado oeste se encuentra el templo de Santa María Magdalena, levantado en 1647 y por ende el más antiguo. A su lado, de estilo más contemporáneo pervive la Capilla de San Francisco Javier, hogar del santo navarro en México que cada septiembre recibe a miles de feligreses por sus famosos milagros, como resucitar a los difuntos y el don de lenguas con el que evangelizó lugares remotos de Asia y Oceanía.
Una cuadra al este del centro del distrito cultural e histórico del Pueblo Mágico se encuentra la Plaza Juárez, un espacio pequeño pero muy bello para convivir y pasar las tardes, con su kiosko al centro y numerosos bancos bajo la sombra de los árboles. Esta placita sirve de apoyo durante las fiestas pueblerinas, en las que se convierte en una extensión de la Plaza Monumental donde se pueden disfrutar bebidas frías y carnes asadas, mientras se sigue bailando y gozando la música.
El Palacio Municipal, a solo dos cuadras de la Plaza Juárez, es más que el centro de administración de Magdalena, pues se trata de un edificio muy hermoso, con su mezcla de estilos coloniales, arte moderno y coloridos vitrales. También la Casa de Cultura es un tranquilo espacio donde se pueden conocer expresiones artísticas locales como exposiciones, obras de teatro, conferencias y conciertos.
También en el centro histórico, el Museo Comunitario de Magdalena de Kino es un gran esfuerzo del gobierno magdalense y el Instituto Nacional de Antropología e Historia para difundir, estudiar y conservar el pasado histórico del estado. Sus piezas se organizan en cuatro salas: Época Prehispánica, la Colonia, el Siglo XIX y la Actualidad, con un apartado especial en honor a la memoria de Luis Donaldo Colosio.
Otras paradas de la Ruta Histórica y Cultural están relacionadas con la tradición política y militar del pueblo: se trata de la Casa del Ministro de Guerra y la Casona del Coronel Emilio Kosterlitzky. La primera tiene un estilo gótico que apoya el misterio de su leyenda, que afirma que el espíritu del general constitucionalista Carlos Plank sigue rondando las habitaciones; la segunda llama la atención por sus formas coloniales, construidas en cantera rosada. También resulta muy interesante la Tienda de Descuento, que fuera el primer supermercado de Magdalena hace más de un siglo.
El deporte más popular en Magdalena es el beisbol, que representa también el orgullo por uno de los hijos del pueblo: Sergio Robles “Valenzuela”, receptor aguerrido y héroe de innumerables jornadas en los diamantes nacionales, y uno de los 22 sonorenses en el Salón de la Fama del Beisbol Profesional de México con sede en Monterrey.
Lo imperdible en Magdalena de Kino Pueblo Mágico
Los alrededores de Magdalena de Kino están plagados también de historia y enorme belleza natural, comenzando por los parajes naturales de Cucurpe y Cabúrica. La primera es una serranía a casi 50 kilómetros al sur del Pueblo Mágico, con muy buenos espacios para practicar ecoturismo, como acampada, senderismo, alpinismo y rappel, pues tiene altas paredes de roca que representan un reto para los viajeros. Con menos de 600 habitantes, es uno de los municipios más pequeños del estado, aunque tiene varios atractivos como la Cueva de la Pulsera y la iglesia de los Santos Reyes, además de varias pinturas rupestres dejadas hace siglos por los ópatas y pimas altos originarios.
En San Ignacio de Cabúrica, diez kilómetros río arriba desde Magdalena, se ubica una de las misiones más curiosas del norte del país. Después de ser elegido en 1687 por el padre Kino, por ser una ranchería poblada por los pimas, una serie de pequeñas capillas la convirtió en una zona de visitas temporales para misioneros que buscaban conquistar otras regiones, como las Californias.
En 1693, el padre Agustín Campos llegó a Cabúrica decidido a convertirla en una cabecera, pero la nueva iglesia fue quemada por el pueblo pima un par de años después y tuvo que ser reconstruida. El padre Campos no se rindió, y durante 43 años siguió con sus servicios como misionero al tiempo que convertía a San Ignacio en un campo de entrenamiento para jesuitas, sobre todo en la cuestión idiomática, por lo que su misión se convirtió en una importante escuela y campo de pruebas para las asignaciones a otras iglesias distantes.
Es en este paraje habitado por construcciones sacras coloniales que cada julio se engalana para la fiesta de San Ignacio, y recibe con música, cultura y arte a todos los devotos del santo en medio de carreras de caballos, deliciosa comida y artesanías. Otro destino religioso imperdible entre Magdalena de Kino y Santa Ana es el Cerro de la Virgen, una ladera de roca donde se encuentra pintada una impresionante imagen de la Guadalupana, santa patrona de todos los mexicanos.
Por último, después de sumergirse en la historia colonial de Magdalena vale mucho la pena visitar un lugar como el Bosque de los Sahuaros de Sasabe, en donde habitan cardones de más de 500 años de antigüedad que han sido mudos testigos de los ires y venires de la civilización, mientras ellos crecen y perviven en el clima implacable del desierto.
Las finas arenas de este bosque resultan perfectas para realizar sandboarding, que pobladas por la enormidad de los sahuaros (con alturas hasta de 20 metros) sobrecogen a sus visitantes y los arropan en medio de los sonidos de la flora y fauna del desierto, entre aves, reptiles, insectos y mamíferos.
Este noble ecosistema es refugio de migrantes que exhaustos encuentran la sombra reconfortante en su paso hacia Estados Unidos: por centurias, ha sido el hogar de etnias como Yaquis y Seris, que han construido sus casas y muebles con la dura madera, y han aprovechado los frutos del desierto de manera sublime, como con el delicioso licor de pitaya y las conservas de tuna dulce.
Qué comer en Magdalena de Kino Pueblo Mágico
Magdalena de Kino comparte la gastronomía característica de la región: cortes de carne, chiles secos, chorizos, quesos, conservas de frutas y dulces de leche; sin embargo, cuenta con un platillo que es conocido y comido en todo el país, pero que solo en este Pueblo Mágico puede disfrutarse en su concepción original: las chimichangas, hechas de tortilla de harina frita rellena con carne mechada, arroz, queso y habas.
Por la afición beisbolera de Magdalena, uno de los lugares más divertidos para comer es el Home Plate, con sus deliciosos cortes de carne acompañados con tiernas mazorcas, y una enorme variedad de aperitivos. Otro muy buen restaurante es El Toro Steak House, que además es un excelente hotel.
Qué comprar en Magdalena de Kino Pueblo Mágico
En el corredor turístico, al norte de la Plaza Monumental, se pueden encontrar formidables piezas artesanales de producción local, como prendas, accesorios y muebles tejidos, calzado y sombreros de piel, además de dulces de leche y cajetas.
Para dormir en Magdalena de Kino Pueblo Mágico
Además de El Toro, existen pocas opciones de hospedaje en el centro de Magdalena, aunque muy buenas. Se trata del Casa Monumental, un hermoso hotel boutique que solo cuenta con tres habitaciones, que lo vuelven un sitio muy cómodo e íntimo, y el Misión San Javier, bastante más amplio y una excelente opción para quedarse a pasar varios días encantadores en el pueblo. Existen otras opciones en el centro, más económicas, como el Kino, El Sahuaro y El Cuervo, y también en la periferia, como el San José y el Ultra en Sasabe.

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