Remociones

No es Chiapas una entidad boyante como para iniciar con populismos; las entidades vecinas como Tabasco, Oaxaca y Veracruz, también van a ser objeto de programas federales de inversión estructural pero con doble propósito, como en Chiapas la reforestación, el tren maya, en Tabasco la refinería de petroquímica secundaria y en el Itsmo la autopista de Coatzacoalcos a Salina Cruz, que comprende a los dos estados, y de paso unir al Golfo de México con el Pacífico en horas, en una relación cultura que data de siglos en esa región de México.
Los despidos masivos no son la vía; si se trata de sacar gente para meter a otra derivados de los compromisos de campaña, pues volvemos a caer en lo mismo y es un mal principio: se trata de un maquillaje.
Ante eso hay que recordar lo que dijo López Obrador en una de sus giras de campaña: “los que quieran puesto que vayan al mercado”.
Y es que esa es otra de la cultura partidista en México: la participación militante debe obtener un beneficio, no deriva de un compromiso ideológico y mucho menos social. La discusión sobre el particular ha sido grande y desde tiempo, pero lo cierto es que no se puede llegar a arrebatarle el trabajo a alguien con experiencia para colocar a quien –cada trienio, cada sexenio, según el caso- no sabe nada del área de que se trate.
Cierto es que también hay mandos medios corruptos, cuanto sucios o prepotentes, y desde luego esos elementos se deben de eliminar y en casos ya de dudas hasta investigar por posibles hechos de corrupción en su caso.
Así que sacar a unos para meter a otros que aparte no saben nada del área, es cosa que al final de cuentas es decisión del alcalde con cargo a los ciudadanos, que son los que pagan las consecuencias de las ineficiencias.