Mirar el lado positivo de todo, el caos puede ser el principio de orden. Foto: blastingcdn.com.
OPINIONES

El caos puede ser el principio del orden

Todas esas circunstancias, situaciones, hechos que pasan por nuestra vida y que realmente no queremos, negamos, que definitivamente pensamos que no deberían entrar en nuestra vida porque nos causan caos, confusión, malestar e inconvenientes, son quizás el preludio de una nueva etapa de evolución.
Después de las fiestas de Navidad, fin de año y comienzo del nuevo, no siempre y no para todos es júbilo y dicha. Muchas veces, son fechas que nos sacuden tan profundamente que nos sacan de nuestra zona de confort para reflexionar sobre nuestra existencia y a veces, suele ser doloroso.
Lo que perturba nuestra zona de comodidad, aún más lo que nos hace sufrir, inconsciente o conscientemente, dicen los expertos, es lo que más adelante nos hará más fuertes si superamos el caos y el dolor, en lugar de que dejemos instalar a la apatía, la inactividad o hasta la depresión, pensamos que eso también pasará y estaremos mejor después.
A quienes en determinado momento sentimos como nuestros detractores, jueces molestos o personas incómodas que nos hacen pensar sobre ciertas cuestiones o defectos propios, a la larga, pueden ser nuestros mejores maestros de vida.
Los episodios desagradables que en el momento que se viven parecen difíciles, son precisamente los que sacan lo mejor de nosotros en el caos y la crisis cuando tomamos las mejores armas para salir victoriosos.
Quien quiera asimilar esas situaciones aparentemente caóticas, tendrán que conocer el otro lado para valorar todo lo que se vive y se quiere vivir.
El enojo, la ira, la tristeza, la depresión, pueden ser oportunidades de superación para desterrarlas con esfuerzo, tenacidad hasta llegar al lado de luz de estas obscuras emociones.
Sabemos que el enojo le resta vida al cuerpo humano, porque intoxica sus células, ya que nuestro organismo está acostumbrado a vibrar en una realidad de armonía y felicidad y la ira es una compresión innecesaria de algo que debería fluir libremente.
Quien le da oportunidad a la crisis puede crecer a través del caos que nos hace comprender que de ahí se derivan nuestros verdaderos aprendizajes. En la felicidad se nos olvida aprender.
Mirar el lado positivo de todo, nos llevará del caos al orden, de la tristeza a la alegría, de la depresión a la apreciación de la vida, de la incomprensión de los demás a la empatía, de la enfermedad a la salud y del desequilibrio a la armonía.
Es cierto que no podemos estar alegres todo el día y a todas horas, pero sí en la felicidad que se lleva dentro, que no se tambalea con ninguna dificultad, porque nuestro interno sabe que vendrá algo mejor después de todo aquello que hizo crisis en nuestra vida.
Dejar que el caos haga lo que tenga que hacer y luego ir sacándolo poco a poco hasta que sólo queden las enseñanzas que nos dejó en la introspección y en las emociones exaltadas como para evitarlas en un futuro próximo, porque, aunque al final sea benéfico, en el camino se pueden ir perdiendo afectos que tal vez y sólo tal vez, si eran importantes en nuestras vidas y los echaremos de menos, aunque sea por algún tiempo.
Siempre hay que poner pros y contras en una balanza, aunque aparentemente lo que nos llegue sea positivo, para reflexionar si nos beneficia de alguna manera, pero también si seremos felices pagando ese precio, porque todo se debe pagar.

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