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Lanzan ONG’s campaña sobre uniones forzadas “Por una libre decisión”

Chiapas, Guerrero y Veracruz, con el mayor número de matrimonios infantiles en México

En 2016, Chiapas ocupa el primer lugar en embarazo adolescente

Candelaria Rodríguez l El Consorcio de Organizaciones por la Vida y la Libertad de las Mujeres y las Niñas (COVIMYN) lanzó la campaña sobre uniones forzadas “Por una libre decisión” que busca colocar el tema en la sociedad, para generar conciencia y empatía hacia el respeto a los derechos humanos de las niñas-adolescentes-mujeres.
La campaña presentada ante representantes de diversas instituciones gubernamentales, organizaciones sociales y medios de comunicación, que se difunde en español , tzeltal y tzotzil, para medios impresos, electrónicos, y carteles, fue diseñada en los resultados de la práctica tradicionales nocivas del matrimonio sin consentimiento a edades tempranas en la vida de las mujeres que son sometidas, sostuvo María Teresa Olvera Caballero, integrante de ACASAC, una de las cinco organizaciones integrantes del Consorcio.
“Obligar a una niña o mujer joven a unirse en matrimonio sin que este de acuerdo, es violencia”, reza el cartel que será colocado en lugares estratégicos desde escuelas de todos los niveles, hasta aquellas instituciones comprometidas con terminar con la desigualdad y la violencia contra las mujeres.
De acuerdo a Godino (2014) las uniones forzadas son las que se llevan a cabo “Sin el consentimiento de las personas afectadas, o al menos sin el consentimiento libre y pleno de unos de los contrayentes, que normalmente ha sido forzado a casarse. Abarca el matrimonio como esclavitud, concertado, tradicional, por razones de costumbres, la conveniencia o la responsabilidad percibida, el matrimonio infantil, precoz, ficticios, por conveniencia, no consumado, el putativo, el matrimonio para adquirir la nacionalidad y el indeseable.
El objetivo de la campaña entonces, es posicionar el derecho de las niñas – adolescentes – mujeres a elegir pareja como valor y como práctica social por la población en general y los actores sociales en particular, para impulsar cambios orientados a modificar prácticas y conductas tradicionales que violentan los derechos humanos.
En este sentido, UNO – Mujeres señala que “ el matrimonio infantil se reconoce cada vez más como una violación de los derechos de las niñas por razones; pone fin a la educación, bloquea las oportunidades de adquirir educación vocacional y para la vida, expone a las mujeres los riesgos de un embarazo, parto y maternidad a edad temprana, antes de que estén aptas física y psicológicamente y aumenta el riesgo de violencia sexual y de contagio del VIH y otras infecciones de transmisión sexual.
Y sostiene que la práctica más común en las áreas rurales y empobrecidas, donde las perspectivas de las niñas son limitadas. En muchos casos, dice ONU MUJERES, los padres arreglan estos matrimonios y las niñas no tienen otras alternativas. Las familias pobres dan a sus hijas en matrimonio para reducir la cantidad de niñas y niños que tienen que alimentar, vestir y educar.
La Campaña busca reconocer el impacto de las prácticas tradicionales nocivas en la vida emocional, física y en el proyecto de vida de niñas- adolescentes – mujeres, así como el derecho a decidir como un derecho humano.
La violencia contra las mujeres por razones de género es estructural al sistema patriarcal, sostuvo Carlos Miranda, integrante de la organización Yu’un Jumaltik, que explico la metodología que dio vida a la campaña., refirió la realidad: 23 de cada 100 mujeres de entre 12 y 19 años ya se encuentran unidas”:14 de cada 100 mujeres indígenas sufrió algún tipo de violencia cuando fueron pedidas, compradas o robadas sin su consentimiento, en su primera unión de pareja.
En 2014, 73% de mujeres entre 12 y 19 años de edad mencionado haber estado embarazadas alguna vez en su vida: Un alto porcentaje de jovencitas vive en matrimonio antes de cumplir los 16 años y son madres antes de ser ciudadanas.
María Teresa Olvera de Asesoría, Capacitación y Asistencia en Salud (Acasac), refirió que los problemas de las uniones forzadas entre niñas y adolescentes, se registran más en aquellos entornos que naturalizan la violencia, ante la ausencia de información, colocándolas en situaciones de vulnerabilidad por razones de género, etnia, clase social, y discapacidad.
La escasa oportunidades de educación, falta de empleo o actividades que generen ingresos, son algunos de los problemas de las uniones forzadas, agudizadas por el difícil acceso a la justicia e impunidad.
Pero también incide, explica Olvera Caballero, la población indígena, que ubicada a estas niñas y jóvenes en población de menos de 2 mil habitantes, así con la condición de pobreza, y la falta redes de apoyo, “una niña de hogar pobre tiene tres veces mas probabilidades de ser obligada a unirse en matrimonio que una niña de un hogar con mayores oportunidades”, indica.
Para el caso de Chiapas, de acuerdo al Encuesta Nacional de Dinámica Demográfica (Enadid 2014), niñas-adolescentes-mujeres de 15 a 49 años de edad, el 35,2% están casadas, 25.8% vive en Unión libres 27.6% son solteras y 11.4% están separadas, divorciadas o viudas.
De acuerdo al censo de población 2010, una de cada 100 mujeres de 12 y 14 años están unidas (1%) y en una baja proporción (578 mujeres) ya tenían una hijo/a.
En grupos de 15 a 19 años, dos de cada 100 mujeres estaba en esta condición (22%) y el 15% de ellas ya tenia un hijo/a, es decir, que se incrementa la proporción de mujeres de 19 años o menos que están unidas, y muchas de ellas con hijos/as. Así el 60%, seis de cada 10, de las mujeres de 20 a 24 años, están unidas, o ya han tenido la experiencia de tener pareja.

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