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Balamkú

Balamkú, su nombre proviene del maya yucateco que significa el “Templo del Jaguar”, debido a la decoración de motivos felinos del friso encontrado. Su ocupación tiene lugar en el Preclásico tardío, mientras que su apogeo recae en el período Clásico; en el Posclásico temprano llega su decadencia.
Balamkú, del estilo Petén, está dentro de un área selvática donde se puede disfrutar de la naturaleza al tiempo que se va recorriendo.
El sitio arqueológico, reportado en 1990, tiene una extensión de un kilómetro cuadrado y está conformado por tres grupos arquitectónicos –Sur, Central y Norte- aunque solo dos de ellos han sido explorados. La estructura principal del grupo sur, organizado en torno a cuatro plazas, es un basamento piramidal del 10 m. de altura. El grupo central consta de dos plazas, únicamente la norte ha sido excavada. Es aquí donde se encontró el friso que coronaba un palacio llamado Casa de los Cuatro Reyes, en referencia a los cuatro personajes que aparecen en él.
El friso, es el monumento más relevante hecho a base de estuco modelado y policromado, con una altura de 1.75 m. y una longitud de 16.80 m., elaborado entre los años 550 y 650. La escena representa una alegoría del orden del universo con figuras de serpientes y jaguares. De gran riqueza iconográfica, la lectura al detalle nos revela el complejo mundo conceptual de los antiguos maya. Se equipara el ciclo dinástico al ciclo solar. En esta concepción, la ascensión al trono es ilustrada por el rey saliendo de las fauces del monstruo terrestre, como el Sol sale de la boca de la Tierra. La muerte del rey es vista como una puesta de Sol, cuando cae en la boca del Monstruo Terrestre.
La zona se localiza a escasos 3 kilómetros al noreste de la comunidad de Nuevo Conhuás, situada a la altura del kilómetro 95 de la carretera federal 186 Escárcega – Chetumal.

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