SALUD

Trastornos alimenticios en jóvenes

Es mucho lo que se habla sobre los trastornos alimenticios (TCA), sin embargo generalmente no hay un entendimiento claro.
Los TCA constituyen un grupo de trastornos mentales caracterizados por una conducta alterada en la forma de comer que por lo general afecta a los adolescentes. Si bien, dicha conducta es la manifestación más visible de la enfermedad, en el fondo estos jóvenes llevan a cuestas altos montos de sufrimiento, dolor y angustia. Es decir la alteración en la conducta alimenticia es solo el síntoma del trastorno mental.
Por lo tanto, el sufrimiento que están cargando los hace sentirse “pesados”, es decir existe en estas chicas y chicos un sobre peso REAL, pero este sobrepeso es emocional, no corporal, por lo tanto la persona con TCA en efecto quiere deshacerse del gran peso que siente encima, independientemente de lo que marque la báscula. Como consecuencia existe una distorsión en la imagen corporal en la que lo que se está percibiendo es dicho sobrepeso emocional, no corporal: por esta razón los jóvenes con TCA puede pesar 30 kilogramos e insistir en que están “gordas o gordos” y hacer todo tipo de conductas posibles para perder peso, pues lo que ella o el percibe en el espejo es su estado mental sobrecargado de angustia y dolor, de los cuales se quiere deshacer. Asimismo la fobia que presentan acerca de ganar peso, en realidad es fobia a que aumente su carga emocional y sufrimiento.
Las chicas y chicos que desarrollan TCA son muy perfeccionistas y con una gran necesidad de reconocimiento y aprobación, por lo que manejan mal los errores o las frustraciones de la vida cotidiana, y les cuesta mucho trabajo exponerse a la gente: No tienen amistades sólidas y no confían fácilmente en los demás; suelen mostrarse retraídos y tímidos.
El origen de los TCA es multifactorial: están implicados factores genéticos y socio-culturales, pero al ser un trastorno mental, los factores psicológicos son determinantes. Cabe mencionar que si bien la publicidad, los modelos de revistas y el actual concepto (utópico) de belleza ejercen cierta presión en los adolescentes, este aspecto NO es el factor determinante para desarrollar un TCA.
– Los signos de sospecha más comunes son:
-Preocupación excesiva por perder peso.
-Pérdida de peso inexplicada.
-En el caso de las chicas la ausencia de menstruación (más de tres ciclos consecutivos).
-Intensa sensación de frío.
-Cambio en hábitos de vestido así como de horarios.
-Ejercicio excesivo o hiperactividad.
-Combinaciones de alimentos inapropiadas.
-Poca variedad de comidas.
-Conductas rígidas y poco espontáneas durante la comida.
-Lentitud a la hora de comer.
-Rituales y conductas poco adecuadas en la forma de comer o partir los alimentos (“picoteo” del alimento).
-Aparición de caries en mayor medida de lo esperado.
– ¿Qué hacer como padres?
El primer paso es reconocer y aceptar que existe un problema. Es importante remarcar que es “inútil” pelear/castigar/convencer para que la chica o el chico coma: hay que recordar que el problema es psicológico y la alteración en la forma de comer es el síntoma. Si los hábitos alimenticios de la casa son sanos, no hay razón para modificarlos en aras de complacer a los jóvenes: no hay que caer en la
manipulación.
Finalmente la única forma de abordar adecuadamente el problema es buscar ayuda profesional: Para los jóvenes Nutriólogo y psicólogo. Para los padres es recomendable apoyo emocional por todas las ansiedades que esta situación despierta.

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