Al Son del texto

Tina Rodríguez

Las políticas exhibicionistas ya no convencen a los mexicanos

Ese problema para los entes del poder viene a chocar con los logros a reconocer como la captura del Chapo Guzmán, que desde luego, fue noticia mundial, pero que se integra a que en realidad no resuelve en nada, los niveles de violencia que vive el país, en especial en entidades como Guerrero, Michoacán o Puebla, por hablar de tres siglas distintas de mando en el gobierno, como el PRI, el PRD o el PAN.
Pero lo más singular es que se hizo mucha publicidad sobre ésta recaptura y las cosas siguen igual; asesinatos en todas partes.
Seis en Sinaloa, diez en Acapulco, tres en Veracruz, uno en Chiapas, tres en Tabasco, dos en Nuevo León,  derivados de la violencia entre narcotraficantes.
Será difícil para el aparato gubernamental explicar el por qué suceden estas situaciones álgidas pero constantes, a diario, que nos hacen pensar que la autoridad si bien se dedica a ubicar a gentes de dominio, no desarticula a las células que quedan sueltas.
Porque esa es la realidad.
Sucedió en Tamaulipas, después en Veracruz, luego en Nuevo León y después Tamaulipas, Estado de México y Michoacán.
Hoy Guerrero es la zona de toque
La verdad la violencia es cosa común en México, pero eso no ha sido malestar estomacal para el poder político; pareciera que no pasa nada: ya agarraron al Chapo y ya cumplieron con la sociedad.
Tenemos un problema serio con la realidad económica, la pobreza crece, y la presunción se cae.
A muy pocos mexicanos les cayó el veinte de ésta captura, de celebrarla co0mo aplicación del estado de derecho: hasta bromearon de que hubo acuerdo.
Esa es una realidad social que se volvió política con la inundación que hicieron los medios oficialistas, tratando de convencer a la nación de que fue el gran logro.
La verdad lo fue; pero a México no le importó; se burló otra vez del poder, que la verdad se lo merece.
No convence, no fructifica, no nos beneficia en nada la captura del Chapo, pues él lo dijo: “si no estoy esto seguirá”.
Pero ¿Por qué sigue?
En época de satélites inspectores de todo; cuando miramos a través de telescopios el espacio, no podemos mirar para abajo.
Cómo que fingimos demencia: si se dedican no pasa nada, la verdad.