JUSTICIA

Siembra la Corte el “germen de la libertad”: Sánchez Cordero

Ciudad de México l La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) “ha sembrado el germen de la libertad al defender los derechos esenciales que se implican en la libertad de expresión, en la libre determinación de la sexualidad, el debido proceso y la libertad contractual”, sostuvo la ministra Olga Sánchez Cordero, quien agregó que “en la libertad todo florece, en la restricción se marchita”.
En su último discurso como integrante del pleno del máximo tribunal, Sánchez Cordero agregó que “la Corte actual” ha retomado el principio de la autonomía de la voluntad, “destacando el libre desarrollo de la personalidad como derecho humano, en precedentes como el divorcio incausado, el matrimonio incausado, el matrimonio igualitario y la autorización de uso lúdico de la cannabis (mariguana)”.
En ceremonia solemne, ante los plenos de la Suprema Corte, del Consejo de la Judicatura Federal y de los magistrados de la sala superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), la ministra –quien ayer dejo su cargo, junto con Juan N. Silva Meza, después de casi 20 años de integrar el máximo tribunal– destacó que en este período la Corte se mantuvo “autónoma e independiente frente a los otros poderes públicos, tanto constituidos como autónomos”.
No podía ser de otra manera, aseveró, porque el propósito del constituyente de 1994 era fortalecer a la SCJN como tribunal constitucional y que fuera el único árbitro capaz de defender la Constitución con la garantía de que no hubiera intromisión de otros órganos del poder público o poderes de facto.
Tras insistir en que la Corte ha optado por favorecer las libertades, la ministra destacó que la armonización de los derechos humanos, a partir de la reforma constitucional de 2011, con aquéllos contemplados en tratados y convenios internacionales, “sólo es una muestra de los retos que vienen por delante”.
Mi tiempo como jueza constitucional ha llegado a su fin. Me queda la tranquilidad de haber decidido en conciencia, en justicia, “de haber hecho lo que mi tiempo y mi espacio de acción me permitieron. Sin embargo, me queda también la paradójica convicción de que esa tarea inacabada, seguirá en construcción”, concluyó.

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