OPINIONES

Libertad ¿para qué?

Yolanda Pardo

Se define como libertad, la facultad natural del ser humano que le permite obrar de una manera u otra o no, según su propio albedrío o razón. Es la capacidad de la conciencia para pensar y actuar según la propia voluntad de la persona pero en sujeción a un orden o regulación más elevados.
Sin embargo, la libertad es un concepto abstracto de difícil definición ya que está vinculada a la facultad que poseemos todos los seres vivos para llevar a cabo una acción de acuerdo a nuestra voluntad, lo que implica también que cada uno debe hacerse responsable de lo que hace y dice o de lo que deja de hacer y de lo que calla.
Cuando nos liberamos de alguna atadura, decimos: ¡al fin libres! aunque sólo sea del rompimiento de una relación desdichada, de la tutela de los padres o de un trabajo que ya no nos deja crecer profesionalmente, sin embargo, eso no es suficiente, se debe comprender toda la psicología de la libertad.
Decía Oshio, un gurú hindú, de polémica filosofía y sánscrito en la Universidad de Jabalpur, en la India: “la primera parte para ser libres, es liberarse de la nacionalidad, de cierta raza, de cierta iglesia, de cierta ideología política y por primera vez empezarás a deleitarte en tu propia individualidad porque ésta había sido tapada por todas esas cosas”.
Pero agregaba, esa es la mitad que se ha logrado del camino de la libertad, la otra parte es, ¿para qué? Ya que la libertad por sí misma no tiene sentido a menos que se convierta en una realización creativa como pintar, esculpir, danzar, escribir, desarrollar ese don o dones únicos en cada ser.
Cuando nos damos cuenta que hemos roto las cadenas, que ya no llevamos esposas, ya no tenemos ninguna prisión, nos cuestionamos qué hacer con esta nueva situación, qué sigue, a dónde ir.
Quien físicamente está en una prisión, suele estresarse, cuando le notifican que pronto saldrá, sobre todo, cuando lleva encerrado el tiempo suficiente como para acostumbrarse a esa cárcel inhumana, ya que fuera de ella, tendrá que reintegrarse a la sociedad que es muy poco comprensiva con un ex convicto, así haya sido inocente . Encontrar trabajo, rehacer su vida, será harto difícil.
Lo mismo ocurre con un enfermo de un largo padecimiento, que cuando lo está sufriendo, sólo enfoca todos sus esfuerzos por sanar, pero cuando logra liberarse de ese mal, se entristece y se confunde, porque no sabe en principio, como reiniciar su vida “normal”. Las mujeres maltratadas que aguantan a su agresor año tras año, porque no sabían qué camino elegir, pero al dar el primer paso, lo demás viene como en cascada.
¿Qué hacer después de habernos liberado? Como primer paso, ser responsables de lo que haremos de ahora en adelante, después, concientizar que la libertad en sí misma no significa nada sino elegimos un camino creativo y nos realizamos desarrollando nuestro o nuestros talentos.
Tenemos que volvernos creativos para que esa creatividad corone nuestra libertad, de lo contrario, estará vacía, de nada va a servir. Actualizar nuestro potencial que se mantuvo inactivo o dormido anhelando ser libres, es uno de los puntos que valdrá la pena realizar, así como entrar en uno mismo para encontrarnos y saber quiénes somos realmente.
La libertad es sólo una oportunidad más, para hacer lo que nos gusta, no es el objetivo y si teniendo ese privilegio y ese derecho de todos los seres vivos, no estamos a gusto, es una señal de que no estamos haciendo buen uso de ella.
Pero hay que recordar algo, la libertad siempre va acompañada de la responsabilidad, por eso siempre hay alguien que prefiere un aprisionamiento confortable, no salirse de su zona de comodidad y no llegar a ninguna parte.

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