La evaluación en duda
La Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación, en especial en sus seccionales 7 y 22, se sorprendieron ante la respuesta de su similar en Michoacán y Guerrero, al aceptar ir a los llamados exámenes de evaluación, la verdad un tanto cuestionables porque fueron estructurados otra vez desde el escritorio federal, y no desde el planteamiento de las aulas.
Y es que un país multiregional y multiétnico, es imposible un esquema único de medición sin contemplar la idiosincrasia que se registra en cada región de los estados del país.
Salvo eso el conocimiento general y del tronco común comprenden dos cosas distintas, porque uno es lo qué se aplica y el otro el cómo se aplica. El la SEP se dice que hay deficiencias en el qué, entre el magisterio en el cómo, pero también enormes dudas en el para qué.
Y es en esto último en dónde se basa toda la movilización, en torno al destino de los no aptos para estar frente a aulas, y ha sido lo explotado por la disidencia para externar incluso de manera violenta e ilícita, su inconformidad.
Hoy, en las homologas de la SEP en las entidades del país, estás están más para audiencias de conflictos, que para progreso de la educación.
Es un problema que requiere de la participación conciliada de ambas partes, pero eso no sucede y se da, al parecer de una forma unilateral, que no puede llevar a buen termino aun la autoridad diga lo contrario.
