La práctica de la tortura es “una de las más terribles herencias de los gobiernos pasados”, y que en la lucha por erradicarla exige reconocer a las víctimas, reparar el daño y garantizar su acceso a la justicia, pero sobre todo no tolerar los atropellos impunes desde el poder en contra de la ciudadanía, aseguró la Secretaría de Gobernación.
En un pronunciamiento con motivo del Día Internacional en Apoyo de las Víctimas de la Tortura, la dependencia indicó que esta conmemoración no solo debe configurarse como un instrumento político y hacer consciencia sobre esta problemática, sino también como un plan en el cual se garantice la total erradicación de la tortura, toda vez que el compromiso de este gobierno es que no existan más personas víctimas este delito.
“Este día es un duro recordatorio del tormento continuo que miles de personas sufren. La tortura es un acto injustificable, una violación tan grave que impacta a las víctimas directas y a sus familias”, señaló la dependencia.
Además, recordó que a través de la Subsecretaría de Derechos Humanos, Población y Migración ha coordinado mesas de trabajo con la Fiscalía General de la República (FGR), para elaborar el primer Programa Nacional para Prevenir y Sancionar la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes.
Lo anterior, de la mano de instituciones de la administración pública federal, organismos de la sociedad civil y de la Oficina de la Alta Comisionada de Naciones Unidas en México.
En este sentido, destacó que se ha trabajado un documento que representa uno de los cambios más relevantes para la debida atención, esmero y consideración por parte del Estado mexicano a uno de los flagelos más recurrentes de los últimos años.(La Jornada)