Colección de Ahumada incrementa y enriquece al Museo del Estanquillo

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Manuel López Ahumada “es uno de los artistas más originales del México de finales del siglo XX. Hizo historieta, caricatura política, pintura al óleo y arte objeto. Fue un renovador del cómic mexicano, un caricaturista de combate, un pintor neomexicanista y un creador de escenarios. En todas sus facetas fue único”.

Así lo describió Rafael Barajas El Fisgón, amigo y colega de Ahumada, durante el acto oficial de donación de más de mil 500 cartones de Ahumada, que a partir de este lunes 11 de julio, “incrementan y enriquecen de manera sustancial el acervo del Museo del Estanquillo”.

En el acto, la periodista de La Jornada, Blanche Petrich, también reconoció el trabajo de “Manolazo”.

En el ámbito periodístico, “hay una extraña relación entre los reporteros y los moneros. Al apreciar los cartones políticos de Antonio Helguera o ver el trabajo de otros caricaturistas como El Fisgón, Hernández o Rocha, pensamos por dónde podría ir nuestra próxima nota, o en otros casos nos lamentamos de que los caricaturistas nos la hayan ganado, o también nos alegra que nuestra nota haya sido motivo de una caricatura política.

“En el caso de Manolazo era diferente. Él andaba por su propio camino y lenguaje, un lenguaje que, sin perder su crítica o sentido político y social, siempre nos llevaba a otro lugar. Nos llevaba a mirar, por ejemplo, la pobreza o las diferencias de clases sociales, no con un discurso sólo de denuncia, sino también con una especie de inconformidad vital, de retratar la realidad de una manera tan descarnada que en sí mismo era un discurso opositor.”

Ahora, con esa colección de cartones políticos, dibujados hace años, “se podrá tener la oportunidad de revivir esa sensación, además de reinterpretarlos fuera de los esquemas convencionales establecidos en el periodismo”.

Esa colección de Ahumada, celebró Blanche, “llega de manera natural a su casa, el Museo del Estanquillo, donde se revalorará con futuras exposiciones el impulso vital que le dio vida a sus obras”.

Por su parte, Rafael Barajas El Fisgón, de quien se leyó un texto escrito para la ocasión, recordó que Manuel Ahumada “fue un poeta gráfico cuya especialidad fue crear imágenes y mitos urbanos. Fue un dibujante costumbrista alucinado, producto del México profundo que vive en los barrios y las colonias del Distrito Federal.

“Donde todo el mundo veía un taquero, él encontraba un asesino serial. Donde nosotros veíamos un chofer de microbús, él veía a un chafirete interplanetario. Solía viajar en metro desde la estación Balderas a una estación espacial.

“Ahumada llevó a La Llorona a pasear por las calles de la colonia Narvarte, era capaz de organizar conciertos en los que Jim Morrison compartía el cartel con Sor Juana Inés de la Cruz. Inventó al Chimino, le dio cuerpo al Cara de Memorándum.”

De acuerdo con El Fisgón, “desde hace unos años, el fantasma de Manuel deambula por las calles de la Ciudad de México y, si nos acercamos a las paredes, podemos escuchar cómo platica con pachucos, musas, ángeles y teporochos.

“Sin lugar a dudas, su alma merece descansar en un changarro típico de nuestra ciudad, de su tan querida ciudad. Después de buscar reposo en una tortería, en una miscelánea o en una parada de camión, su querida esposa Jacqueline le consiguió un espacio que a él le hubiera encantado: el Museo del Estanquillo. Manuel Ahumada estará feliz en El Estanquillo.”

Jacqueline Valadez Pastor, esposa de Ahumada, dijo sentirse satisfecha y tranquila de que los cartones sean ahora parte del acervo de El Estanquillo, y reconoció las gestiones de El Fisgón.

“La obra de Ahumada ahora podrá ser conocida por las nuevas generaciones, cuyo trabajo era único, el cual podrá ser conservado y estudiado. Agradezco a El Estanquillo haber aceptado la colección, que por muchos años me tocó resguardar.”

La colección para el Museo del Estanquillo “es un botón de oro dentro de su acervo”, expresó Beatriz Sánchez Monsiváis, secretaria de la Asociación Cultural El Estanquillo. “Carlos Monsiváis fue un coleccionista que consideraba a los caricaturistas unos artistas y tuvo la visión de poner al cartón político en otro nivel. En nombre de la familia Monsiváis agradecemos a Jacqueline su donación”.

Por su parte, Henoc de Santiago, director del museo, reiteró que la “generosa donación refuerza la vocación de El Estanquillo e incrementa de manera sustancial su acervo de caricatura. Esperamos que para 2023 se realice una primera exposición”. (La Jornada)

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