Trump afirma que jamás aceptará que ganó Biden

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Mientras Pensilvania, Nevada y Minnesota se sumaron a la lista de estados que certificaron el triunfo del demócrata, el magnate insistió en que hubo gran fraude y su cuerpo de abogados mantiene acusaciones, sin evidencias, de votos fantasmas. Foto Ap
Mientras Pensilvania, Nevada y Minnesota se sumaron a la lista de estados que certificaron el triunfo del demócrata, el magnate insistió en que hubo gran fraude y su cuerpo de abogados mantiene acusaciones, sin evidencias, de votos fantasmas. Foto Ap

Nueva York – El presidente electo Joe Biden y la vicepresidenta electa Kamala Harris continuaron ayer su camino a la Casa Blanca, adonde llegarán el 20 de enero, aunque el ocupante actual insiste en que nunca concederá esta elección, un día después de haber cedido el paso a la transición.

Tres estados claves, Pensilvania, Nevada y Minnesotta, certificaron los resultados de los comicios presidenciales dando el triunfo a Biden en cada entidad, cerrando cada vez más la puerta a la estrategia de Trump de frenar el proceso electoral.

Biden ha ganado 306 votos electorales por 232 de Trump. Se requieren 270 para la victoria; a la vez, el demócrata superó ayer 80 millones de votos, cifra jamás alcanzada por un candidato presidencial en la historia del país. El Colegio Electoral sesionará a mediados de diciembre y proclamará de manera oficial a Biden presidente electo.

El magnate insiste en que hubo un megafraude y su equipo de abogados, encabezado por el cada vez más enloquecido Rudy Giuliani, mantienen sus acusaciones de conspiración, irregularidades y votos fantasmas, sin presentar evidencia. A tres semanas de la elección que perdió, Trump afirmó en un tuit que jamás reconocerá el triunfo de Biden.

Sin embargo, día tras día Trump se vuelve más irrelevante; algo que es inaguantable para quien requiere toda la atención, todo el tiempo.

El proceso de transición, oficial desde el pasado lunes, se aceleró ayer con las agencias de inteligencia iniciando sus sesiones informativas con el presidente electo, por primera vez, mientras el equipo de transición ya se ha comunicado con cada agencia federal, y se llevaron a cabo reuniones iniciales para proceder con el cambio de Ejecutivo.

Kamala Harris, primera mujer y primera persona de color en ocupar la vicepresidencia, elogió ayer al gabinete en formación de su gobierno al introducir a seis integrantes encargados de política exterior y seguridad, señalando que será un gabinete que se parece a Estados Unidos por su diversidad. (https://www.jornada.com.mx/2020/11 /24/mundo/031n2mun).

De hecho, ese gabinete en formación incluye a Avril Haines, primera mujer en ser directora de inteligencia nacional, y a Alejandro Mayorkas, primer inmigrante y latino en ser secretario de Seguridad Interna.

Mayorkas declaró ayer que promoverá nuestra historia orgullosa como un país de bienvenida, contrastando de inmediato con la política antimigrante del gobierno de Trump.

La noticia de que Janet Yellen, ex presidenta de la Reserva Federal, promotora de la intervención gubernamental en la economía, economista laboral con una amplia carrera académica, será la primera mujer en ser secretaria de Tesoro en los 231 años de esa dependencia, fue celebrada tanto por el sector financiero como por economistas que elogiaron su manejo de la recesión en 2007-2009.

Wall Street festejó tanto la estabilidad prometida con la transición presidencial oficialmente en proceso, el anuncio del próximo nombramiento de Yellen (y el hecho que ella favorece estímulos económicos) como noticias positivas sobre vacunas anti-Covid, con un alza a niveles récord.

Trump –quien había advertido que los mercados bursátiles se desplomarían si perdía la elección– apareció de pronto en la sala de prensa de la Casa Blanca por un minuto, sólo para darse el crédito por el auge en la Bolsa de Valores, y sin responder a una sola pregunta de los periodistas. Aparentemente no le habían informado que parte de esa alza fue justo por el hecho de que ya se va.

En su primera entrevista desde la elección, Biden dijo a NBC News que su presidencia no será un tercer periodo de Obama, a quien acompañó como vicepresidente. Subrayó: enfrentamos un mundo totalmente diferente al de esa presidencia, indicando que la administración de Trump cambió el panorama.

Mientras, líderes progresistas afirman que no descansarán, ya que ahora lo más urgente es hacer que Biden y su equipo cumplan con atender las necesidades urgentes de los más vulnerables. “Con el gánster neofascista Trump rumbo a su salida… tenemos que asegurar que la gente pobre y trabajadora no sea sacrificada una vez más para las ganancias de Wall Street y las guerras del Pentágono en el gobierno de Biden y Harris, sin importar de qué color o género sean sus funcionarios”, advirtió el reconocido filósofo y crítico social Cornel West.( David Brooks, corresponsal/La Jornada)

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