Un nuevo análisis de muestras recogidas en el lado oculto de la Luna revela una sorprendente escasez de agua. Este hallazgo despierta preguntas sobre el origen y la evolución del satélite, y podría alterar estrategias futuras de exploración. ¿Qué más podría estar ocultando este enigmático hemisferio?
La carrera por conquistar y comprender la Luna ha dado un giro inesperado. Un equipo de científicos chinos ha logrado traer muestras del misterioso lado oculto del satélite, y lo que han descubierto podría cambiar nuestra percepción sobre su historia, su geología… y sus recursos. Acompáñanos a explorar qué hace tan diferente —y tan intrigante— a esta cara desconocida.
Primeras pistas de un paisaje más seco de lo esperado

Científicos de la Academia China de Ciencias revelaron que el suelo y las rocas traídas del lado oculto de la Luna muestran niveles notablemente bajos de agua. En concreto, las muestras contenían menos de 1,5 microgramos de agua por gramo, una cifra muy baja en comparación con las recogidas del lado visible, donde los niveles han llegado hasta los 200 microgramos por gramo.
Los materiales fueron recolectados por la misión Chang’e-6, que aterrizó con éxito en el cráter Polo Sur-Aitken, una de las estructuras más grandes del sistema solar. En total, se analizaron 578 partículas seleccionadas de un total de 5 gramos de material lunar.
Este descubrimiento sugiere que el lado oculto podría haber sido menos expuesto a fuentes de hidratación, lo que plantea nuevas teorías sobre su evolución. Pero los científicos insisten: se necesitan más muestras para saber si esta sequedad es un fenómeno localizado o generalizado.
¿Una Luna dividida en dos historias geológicas?

Existen varias hipótesis para explicar por qué el lado oculto parece más seco. Una posibilidad es que el impacto que formó el gran cráter haya desplazado el agua hacia el lado visible. Otra teoría sugiere que la distribución del agua podría variar verticalmente entre los hemisferios, indicando procesos internos distintos.
Este hallazgo no modifica de momento los planes de exploración. La NASA, bajo su programa Artemis, planea enviar astronautas al polo sur lunar —una región donde se cree que hay hielo en cráteres permanentemente en sombra— tan pronto como en 2027. Este hielo podría servir como fuente de agua potable, energía y combustible.
China, por su parte, no se queda atrás. Aspira a enviar su propia misión tripulada antes de 2030, y los datos obtenidos en el lado oculto podrían ayudar a definir nuevos objetivos científicos y estratégicos.
Un futuro lunar cada vez más incierto y fascinante
El hallazgo de un entorno más seco en el lado oculto de la Luna no solo plantea nuevos interrogantes científicos, sino que también podría redefinir las rutas y prioridades de las próximas misiones espaciales. Comprender cómo está distribuida el agua en nuestro satélite será clave para una exploración sostenible.
Y aunque todavía quedan muchas incógnitas por resolver, una cosa está clara: la Luna, incluso después de décadas de observación, aún guarda secretos bajo su superficie. El lado oculto, silencioso y en sombra, podría ser la pieza que falta para entenderla por completo.