El telescopio espacial Webb captó la primera evidencia directa de las auroras del planeta más distante del sol.
El telescopio espacial Webb acaba de darnos la primera imagen de las luminosas auroras de Neptuno, un fenómeno visualmente impactante que siempre eludió a los científicos que estudian al gigante de hielo.
Con el espectrógrafo de infrarrojo cercano del Webb los astrónomos captaron nuevas imágenes de Neptuno que al fin revelan la misteriosa actividad auroral del planeta. La primera vez que hubo indicios de las auroras de Neptuno fue cuando el Voyager 2 pasó junto al planeta, pero este reciente descubrimiento del Webb constituye la primera evidencia directa del fenómeno.
“Resulta que las imágenes reales de la actividad auroral de Neptuno solo podían captarse con la sensibilidad de infrarrojo cercano del Webb”, declaró Henrik Melin, investigador de la Universidad Northumbria, y autor principal del nuevo trabajo publicado en Nature Astronomy. “Quedamos atónitos, no solo al ver las auroras, sino por el detalle y la claridad con que pudimos verlas”.
Increíble distancia
Neptuno está en los bordes externos del sistema solar, a unos 4,8 mil millones de kilómetros del sol. A esa distancia será muy difícil visitar el planeta más distante y poder observarlo de cerca. La famosa sonda interestelar Voyager 2 fue la primera nave espacial en lograrlo en 1989, y reveló la atmósfera, los anillos, y las lunas de Neptuno. Además, la Voyager 2 también reveló que el gigante de hielo tiene auroras, luces de inducción magnética que iluminan los cielos cuando las partículas cargadas interactúan con la atmósfera del planeta.
Los científicos recogieron las primeras evidencias de las auroras que se producen más allá de la Tierra en la década de 1970, con las misiones Pioneer y Voyager, que detectaron indicios de auroras en Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno. Desde entonces, Neptuno había quedado como el único planeta que no tenía evidencia directa de sus auroras. Pero con las recientes imágenes del Webb la ciencia finalmente tiene la imagen completa de la actividad auroral en todo el sistema solar.
Los científicos habían obtenido los datos en junio de 2023 y los usaron para calcular la composición y medir la temperatura de la atmósfera superior del planeta. Además notaron algo inusual en las auroras de Neptuno porque, a diferencia de lo que sucede con los otros planetas en que las auroras se limitan a producirse en los polos norte y sur, la actividad auroral de Neptuno ocurre en las latitudes medias geográficas del planeta (lo que equivaldría a la ubicación de América del sur en la Tierra).
La causa de esto es el particular campo magnético de Neptuno, que tiene una inclinación de 47 grados respecto del eje de rotación del planeta, según indica el trabajo. Como la actividad auroral se ubica allí donde el campo magnético de un planeta se encuentra con su atmósfera, las auroras de Neptuno se dan a distancia de sus polos de rotación.
“Mientras miramos al futuro y soñamos con futuras misiones a Urano y Neptuno, ahora sabemos lo importante que será que los instrumentos estén en sintonía con el largo de onda de la luz infrarroja para seguir estudiando las auroras”, dijo en declaraciones Leigh Fletcher, del departamento de ciencias planetarias de la Universidad de Leicester, que también participó liderando este trabajo. “Este observatorio finalmente abrió la ventana a la última ionósfera oculta de los planetas gigantes”.
Este artículo ha sido traducido de Gizmodo US por Lucas Handley. Aquí podrás encontrar la versión original.
Via: Gizmodo