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Alexa+ hace por fin uso de la IA que lleva más de dos años en nuestras manos en cientos de productos
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Sus posibilidades ilusionan, pero llegará (no a España, por el momento) con dudas
Amazon presentó ayer Alexa+, su visión del futuro de Alexa, un avance esperado desde hace casi tres años. Con la llegada de ChatGPT en 2022, sentimos que el asistente de Amazon necesitaba evolucionar. Aunque Alexa no perdió inteligencia de un día para otro, sus capacidades quedaron rezagadas frente a lo que nos descubrieron los nuevos modelos de IA generativa.
El reto de integrar esa tecnología en el ecosistema de Amazon era enorme, pero imprescindible. Andy Jassy, CEO de Amazon, dio paso a Panos Panay, director de Dispositivos y Servicios, y este lo dejó claro: la versión tradicional de Alexa llegaba a ser frustrante, y había que dar paso a una nueva era posibilitada por uno de esos avances tecnológicos que ocurre cada una o dos generaciones. Sí, hablaba de LLMs.
Veamos el camino que han seguido y qué impresiones nos llevamos de acercarnos por primera vez en persona a Alexa+ en el evento de presentación en Nueva York.
Hay que aclarar que todo lo expresado a continuación está basado en demostraciones hechas por representantes de Amazon para la prensa asistente, pero no en pruebas hechas por nosotros, pues no nos dieron posibilidad de realizarlas. Eso sí, no eran demostraciones pregrabadas, pues hemos visto varias fallos en directo por ruido ambiental o algún problema puntual de conexión.
Alexa+: aquí es donde está el salto que vemos en las primeras demostraciones
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Alexa no es solo más “inteligente” sobre el papel, en la práctica también lo demuestra en peticiones cotidianas. Una de las grandes frustraciones que hemos tenido en los últimos años con los asistentes como Alexa era pedir cosas obvias y que no nos entendiera, teniendo que retorcer cómo solicitamos las cosas, un poco como perdimos el lenguaje natural al buscar en Google hace más de dos décadas y media.
Con Alexa+, por ejemplo, ahora podremos decir algo tipo “voy a fregar los platos, ¿me cambias de altavoz?”, y entenderá por contexto que nos vamos a la cocina y que será ese altavoz el que queremos utilizar, sin tener que especificar “reproduce esta canción en ‘Cocina'”. De igual forma, esto también será posible al controlar la iluminación, al pedir que encienda la luz más cercana al sofá, por ejemplo. Por contexto, entenderá cuál de las bombillas conectadas es la que necesitamos. Si le decimos “tengo frío”, entenderá que queremos encender la calefacción o un dispositivo que calienta la casa.
Puede sonar a casos menores, pero son algunos de los casos que hoy nos frustran. Poder preguntar qué canción canta a dúo un cantante, que el asistente nos la dé y que le podamos pedir la escena concreta en la que Lady Gaga y Bradley Cooper la cantan en ‘A Star is Born’ es una pasada. Lo mismo ocurre con la búsqueda de películas simplemente mencionando un recuerdo que tenemos de una escena.
Funciones avanzadas al alcance de más usuarios. Desde Amazon reconocen que ciertos aspectos de Alexa tradicional como las rutinas eran complejas para muchos usuarios no avanzados. También ocurre con la configuración general de dispositivos o accesorios. La compañía ha demostrado que al igual que Claude puede ayudarnos a mejorar nuestro código programando, Alexa+ puede crearnos rutinas con base en peticiones concretas que con el asistente tradicional requerirían un conocimiento más profundo de la plataforma.
Amazon promete que la inteligencia de Alexa+ mejorará mucho más rápido que la del Alexa tradicional. Alexa+ es un sistema agnóstico en cuanto al modelo de IA: puede usar siempre el que se considera que es mejor para la tarea que queremos completar. Esto significa que la llegada de nuevos modelos, como el reciente y aclamado Claude 3.7 Sonnet, y su posibilidad de uso en Alexa+, solo hará que el asistente mejore, como por ejemplo Perplexity ha mejorado con la liberación y posterior implementación de DeepSeek R1 en su plataforma. Al ritmo al que va la IA actual, solo cabe esperar mejoas frenéticas, frente al estancamiento al que nos habíamos acostumbrado con la Alexa de siempre.
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La integración con otros partners son las nuevas skills. Algo que Amazon no ha tenido miedo en presentar ha sido cómo se integra Alexa+ con otras IA. Por ejemplo, hemos visto cómo le pedían al asistente que compusiera una canción sobre un gato neoyorkino, y que acto seguido Suno AI, la IA que “compone” canciones, entregase un divertido tema con música y letra. Lo relevante no es que Suno lo haga, pues está disponible desde hace tiempo, sino que Alexa+ responda a una petición de un servicio externo a Amazon.
Es sólo el principio, y se me ocurren muchos ejemplos de cómo podemos aprovechar esto incluso con otros chatbots o generadores de imagen de la competencia para peticiones más específicas. Mi impresión ha sido que esta integración en el ecosistema supondrá lo que vimos con algunas skills en su momento, pero de una forma mucho más profunda.
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La cantidad de datos que maneja de nosotros, y lo que puede hacer con ellos. Este es uno de los grandes aspectos de las demos y de lo que hemos podido ver, y donde más hemos podido ver la capacidad de “agente” de Alexa+. En cualquier petición que hacemos ahora, Amazon intenta tener en cuenta nuestro contexto personal para utilizarlo en esa tarea y en las futuras.
Por ejemplo (y aquí entran casos que normalmente solo vemos en Estados Unidos), puede recordar nuestro restaurante favorito cuando le pedimos que haga una reserva (que haría con la plataforma OpenTable). No tendremos que indicarle cuál es si antes ya se lo hemos contado. En el mismo sentido, hemos visto cómo Alexa es capaz de buscar y comprar entradas para partidos de béisbol en Ticketmaster, y si son muy caros, permitirnos establecer avisos para cuando baje.
Amazon promete productividad (real). Con Alexa+, Amazon ha estrenado la posibilidad de enviar correos electrónicos a una dirección de Alexa, al igual que ahora ya enviamos documentos y libros a un Kindle sin cable. Con todo lo que enviemos a Alexa+ (PDF, JPEG, texto plano, etc) podremos pedir análisis para ejecutar tareas. Por ejemplo, “en un correo que te mandé había tres fechas, ¿me las podrías recordar y crear tres eventos? Dime además cuál era el código para entrar en la urbanización que me dijo mi amigo José, y envíamelo al móvil para tenerlo a mano”. Y Alexa+ analiza un mail largo, lo procesa y a continuación es capaz de hacer todo eso.
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Todo lo que enviemos a Alexa llegará a una nube privada que podemos gestionar para borrarlo todo, aunque por defecto no se eliminará. Al preguntar si Amazon puede utilizar nuestros documentos para entrenar una IA o para recabar información, la respuesta es que sí en el mismo sentido en que a día de hoy pueden utilizar extractos de voz con el argumento de mejorar el producto. Tal y como se puede hacer con la voz, podemos revocar esa posibilidad y que nuestros documentos no sean utilizados con ese fin.
La compatibilidad de dispositivos. Aunque en las primeras semanas de su llegada al mercado estadounidense Alexa+ solo estará disponible en unos pocos dispositivos (Echo Show 8, 10, 15, y 21), Amazon nos ha confirmado que el asistente mejorado será compatible con casi todos los dispositivos Echo (exceptuando el Echo Dot de primera generación, el Echo primera generación, Echo Plus de primera generación, Echo Tap, Echo Show de primera generación, Echo Show de segunda generación y Echo Spot de primera generación).
En todos estos dispositivos seguirá funcionando la versión tradicional de Alexa, pero no Alexa+. Pero la cosa no acaba ahí, pues Alexa+ llegará a prácticamente todos los dispositivos no Echo en los que ya teníamos Alexa, con televisores LG o dispositivos Sonos soportados dentro de poco tiempo.
Qué no ha convencido tanto de lo visto en Alexa+ y genera dudas
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La disponibilidad. Salvo por la regulación de la Unión Europea respecto a inteligencia artificial, nos habíamos malacostumbrado a poder tener las nuevas IA en cualquier idioma o región el día uno. Así fue con ChatGPT en 2022, por ejemplo, quedando atrás ejemplos como que Alexa, Siri o el Asistente de Google solamente funcionaran en ciertas regiones angloparlantes en lanzamiento. Sin embargo, con Alexa+ volvemos a la casilla de salida.
La compañía ha anunciado que llegará en aproximadamente un mes al mercado estadounidense. Sí, ni siquiera otros países de habla inglesa podrán usarlo en lanzamiento, aunque Amazon ha confirmado a Xataka que sí que planean expansión internacional a finales de año (lo cual no quiere decir expansión a España o a países de habla hispana).
El no poder probar de primera mano. Como mencionaba antes, los asistentes al evento no pudimos probar personalmente las novedades de Alexa+. Las demostraciones estaban limitadas a empleados de Amazon, y no inspira demasiada confianza esta restricción con un producto que va a lanzarse próximamente, como si se tratara de una demo técnica. El reto de sacar el proyecto adelante es enorme, y generalmente las empresas tecnológicas permiten probar el producto al acabar la presentación, comentando las limitaciones que aún pueda haber, si las hay, con alguna función específica.
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La duda de Alexa+ en dispositivos sin pantalla. Más allá de algunos Echo Studio que Amazon ha utilizado para demostraciones de musica repartida por distintas zonas o habitaciones, todas las demostraciones de Alexa+ han sido realizadas con dispositivos Echo con pantalla. Esto nos hace preguntarnos si la experiencia se degradará mucho sin pantalla. La compañía explica que en los altavoces Echo tradicionales debería ser como hasta ahora, pero muchas de las ventajas que hemos visto hoy tenían que ver con interacciones en pantalla que podíamos ver y sobre las que ejecutar acciones. Aunque probablemente llegarán pronto, hemos echado de menos nuevo hardware que saque todo el partido a Alexa+. Con gafas, por ejemplo, hay una oportunidad bestial.
La cuestión del coste. Amazon ha anunciado que Alexa+ formará parte de la suscripción Prime para usuarios estadounidenses, cuyo precio es de 15 dólares al mes. Sin embargo, aquellos usuarios no Prime que quieran usar las ventajas de IA del nuevo asistente tendrán que desembolsar 19,99 dólares al mes. Esto nos hace pensar en el gran coste que tiene el servicio o que Amazon quiere convencer incluso a más usuarios a pagar Prime. De cara a España no se ha anunciado nada, pero todo apunta a subida futura de Prime para amortiguar los costes extra en los que la compañía incurrirá. Otra forma de verlo más positiva es que dado que el coste de inferencia no para de reducirse, es posible que Alexa+ sea más barato en un futuro.
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Alexa+ en todas partes, compitiendo contra todos. Uno de los pensamientos que me suscitaba ver a Alexa+ en directo era: por qué hablaría esto con Alexa cuando puedo hablarlo en ChatGPT en el móvil, que además tendrá también acceso a la cámara de mi móvil o tablet, y podrá tutorizar también a mi hijo evaluando sus deberes. Y tras ver todas las demostraciones sigo con dudas, pues hay muchas IA que ya usamos, y tener que pensar en usar otra nueva quizá añada complejidad.
De momento, me decanto por pensar que Alexa ya está presente en muchas vidas, y que con Alexa+ solo consistirá en explorar nuevos usos sobre la base que ya teníamos. Además, veo que el nivel de “agente” que Amazon está demostrando es más alto que el visto en otros rivales para tareas muy cotidianas (al menos en Estados Unidos), y el haber llegado más tarde pero quizá mejor en eso siente las bases para que lo usemos más para peticiones concretas de tareas que queremos que la IA haga por nosotros. Una IA más ubicua, ahora que puede usarse desde web, con una app mejorada o, quien sabe si pronto con integración profunda en gafas.
Alexa+ en comercios y usos españoles. Hay muchos usos de Alexa que son universales, y las recomendaciones multimedia mejoradas o respuestas sobre en qué películas sales súper héroes en Nueva York o sobre escenas concretas serán aprovechables a nivel mundial. Pero pensando en el mercado español, y más allá de Amazon, cuesta por ejemplo en poder hacer la compra con Alexa+ en supermercados de nuestro país, o tener el nivel de integración estadounidense con plataformas de entradas o reservas de restaurantes. En principio todo debería ser posible porque hay acuerdos de partners y hay API, pero la historia demuestra que un producto casi nunca es tan completo como en Estados Unidos. Habrá que esperar a ver.
Via: Xataka