Madrid.- La Cumbre de Madrid de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) finalizó con la consumación del giro estratégico, ideológico y programático más importante desde el final de la Guerra Fría, recuperando el lenguaje más belicista en décadas y señalando sin tapujos a los enemigos a vencer en el futuro inmediato: Rusia y China.
Como colofón al encuentro bilateral, el secretario general de la OTAN, Jen Stoltenberg, advirtió que las fuerzas militares que representan están “preparadas para cualquier eventualidad”, mientras que el presidente de Estados Unidos (EU), Joe Biden, que es el auténtico líder del foro militar, insistió en advertir a Rusia que acabarán derrotados en la guerra de Ucrania, para lo que se comprometió a entregar 800 millones de dólares más para la compra de armamento.
El presidente francés, Emmanuel Macron, resumió en un frase la situación de la OTAN antes de que estallara la guerra en Ucrania: “Estaba con muerte cerebral y sin rumbo”. Eso explica el júbilo y hasta la alegría que expresaron los mandatarios y líderes mundiales tras concluir los dos días de trabajo de la Cumbre de Madrid, que pasará a la historia por la redacción del nuevo Compromiso Estratégico, es decir la nueva “hoja de ruta” que sustituye a la asumida en Lisboa en el 2010 y en la que se recupera el lenguaje más belicista con respecto a Rusia, al que se le señala como una “amenaza directa”.
También cambió la percepción que se tenía hace sólo unos meses del incremento del presupuesto militar por parte de los gobiernos; antes de la guerra era un asunto espinoso, cuando no sacrílego de cara a la opinión pública, ahora, prácticamente todos los gobernantes que comparecieron tras el final de la Cumbre insistieron abiertamente en su compromiso de llegar, cuando no superar, el dos por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en presupuesto militar. Eso explica la subida continuada y multimillonaria en las cotizaciones bursátiles de las principales empresas armamentísticas europeas en los últimos días, como Dassault Aviation, Thlaes, Leonardo, BAE Systems e Indra, que han acumulado en tan sólo dos semanas una revalorización que supera ya el 30 por ciento.
Como en todas las sesiones de la OTAN, más allá de los compromisos multilaterales, todos miran con especial interés al auténtico mandamás del foro: el presidente de turno de EU, en esta ocasión Joe Biden, quien también ofreció una rueda de prensa para cerrar la Cumbre y ratificar los principales acuerdos alcanzados, pero sobre todo para reiterar las advertencias a Vladimir Putin, erigido por los mandatarios en el principal y casi único enemigo de Occidente. Y en su encuentro con los medios de comunicación afirmó que EU y la OTAN “seguiremos reforzando a Ucrania el tiempo que sea necesario”, hasta el punto de anunciar una partida extra de 800 millones de dólares (16 mil millones de pesos) para la compra de armamento militar.
Biden recordó una supuesta conversación que tuvo con el mandatario ruso: “Antes de que empezara la guerra, le dije a Putin que la OTAN sería más fuerte y estaría más unida en la defensa de un mundo basado en reglas. Y eso es lo que hemos visto hoy. Es una cumbre que refuerza nuestra alianza. La última vez que aprobamos un concepto estratégico fue en 2010, y Rusia era un socio y no se mencionaba a China. El mundo está cambiando, y esta cumbre evidencia que la OTAN se adapta a los cambios, y señala a Rusia y a otros desafíos sistémicos, además de abrir las puertas a dos nuevos miembros, Finlandia y Suecia, con tradición de neutralidad”.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, anunció el fin de la Cumbre de Madrid con la ratificación del compromiso de los países que integran la organización de seguir apoyando económica y materialmente a Ucrania, a incrementar el presupuesto militar de prácticamente los 32 países, de manera destacado los europeos, y a estrechar aún más los lazos con algunos países asiáticos para mitigar la influencia cada vez mayor de China en el mundo. Además respondió de forma directa a lo que consideraron una “amenaza” de Putin, al asegurarle que “tiene que retirar sus fuerzas y acabar con este guerra inmediatamente. Estamos preparados para cualquier eventualidad”.
En cuanto a la anexión de Suecia y Finlandia a la OTAN, Stoltenberg confirmó que la “decisión política se hizo en la cumbre de ayer y ahora sólo se tiene que formalizar con la firma del protocolo de adhesión, que se hará el próximo martes”.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, también compareció ante los medios de comunicación para explicar su parecer sobre el encuentro y ratificó los compromisos firmados en la Cumbre de Madrid y la hoja de ruta del Compromiso Estratégico, al tiempo que coincidió en calificar la actuación de Putin en Ucrania como “un error estratégico”.
La otra gran potencia militar de la OTAN, Reino Unido, fijó su posición a través de su primer ministro, Boris Johnson, quien anunció que “Reino Unido aumentará de aquí a 2030 su gasto militar hasta el 2,5 por ciento del PIB”, por encima del objetivo del 2 por ciento establecido en 2014 para los miembros de la OTAN, al considerar que vivimos “en una época muy diferente”. También anunció que destinará otros mil 165 millones de euros en ayuda militar a Ucrania.
El presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, en su calidad de anfitrión también insistió en la idea de incrementar el presupuesto militar, para lo que anunció un plan para que en un plazo de siete años se alcance el dos por ciento del PIB. El proyecto tiene previsto presentarlo en el Congreso de los Diputados en los próximos días, pero de entrada se encontró con la primera dificultad; su socio de gobierno, Unidas Podemos(UP), ya anunció que votará en contra y que en ningún caso apoyará algo así, al igual que hicieron sus aliados parlamentarios de la izquierda nacionalista vasca y catalana. Por lo que tendrá que apoyarse en la oposición conservadora del Partido Popular (PP).
El botín de Turquía
Una de los logros más importantes de la Cumbre de Madrid fue la anexión de Suecia y Finlandia a la OTAN, que fue posible, entre otras cosas, a que Turquía levantó el vetó para su ingreso. Cabe recordar que todas las decisiones que se adoptan en el organismo se hace por consenso, no se vota y por tanto si no están de acuerdo todos esa propuesta es rechazada. Así que el beneplácito de Turquía fue crucial para los intereses de la OTAN y de los países nórdicos, que desde la guerra en Ucrania se consideran amenazados por Rusia.
Pero a cambio, a modo de “botín”, Turquía logró arrancar de Suecia y de Finlandia que suspendiera cualquier tipo de apoyo, financiación o soporte para los grupos de resistencia del pueblo kurdo, que llevan décadas sufriendo la represión del régimen turco. Más aún, el ministro de justicia turco, Bekir Bozdag, anunció el envío de 33 peticiones de extradición a Suecia y a Finlandia para que entregue a importantes líderes de la resistencia kurda en el exilio y que viven en esos países bajo el estatus de exiliados políticos. La solicitud de extradición se basa en el acuerdo que firmaron para levantar el veto para su ingreso en la OTAN, en el que se advierte que Suecia y Finlandia “abordarán las solicitudes de extradición pendientes sobre sospechosos de terrorismo de forma rápida y exhaustiva”. (La Jornada)