. El Museo De Arte Carrillo Gil abrirá la retrospectiva más importante de esta artista en 30 años
Ciudad de México – Lola Álvarez Bravo (1907-1993) fue una de las más importantes constructoras de la visualidad del México moderno de la primera mitad del siglo XX, y así lo proyecta la exposición La otra Lola: documentación, persuasión y experimentación fotográfica 1930-1955, que abrirá al público del 30 de abril en el Museo de Arte Carrillo Gil, en lo que será su retrospectiva más importante de los últimos 30 años.
Compuesta por cerca de 500 fotografías, la muestra redimensiona el amplio espectro de su producción visual, a partir del trabajo que publicó en revistas como El Maestro Rural, Mexican Art Life y Espacios, entre otras, así como los múltiples registros de arte popular y de paisajes que captó en lugares como San Agustín Oapan, Guerrero; y Erongarícuaro, Michoacán, adelanta a Excélsior la curadora Deborah Dorotinsky, académica y experta del Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE) de la UNAM.
Lola es una creadora a la que era necesario hacerle justicia y espero que este ejercicio sea exitoso, ya que su trabajo tiene muchas más aristas de lo que habíamos considerado antes. Me interesa mostrar la complejidad de su mirada fotográfica”, comenta.
También se expondrá un fragmento de dos minutos de la película que Lola filmó sobre Frida Kahlo. “Ella le dedicó una película a Frida, pero sólo sobreviven unos minutos y los obtuvimos gracias a unos colegas de la UNAM, quienes la ubicaron y mostraron hace algunos años en el Museo de Arte Moderno (MAM).
Recordemos que Lola hizo sus experimentos cinematográficos, porque –al igual que Manuel Álvarez Bravo– fue muy afecta al cine. Diría que casi todos los miembros de la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR) tenían esa afición y por eso ella llevó el cineclub de la LEAR, en los 30, y justo esa mirada cinematográfica se aprecia en los fotorreportajes que publicó”, abunda.
Dorotinsky asevera que también será posible apreciar el trabajo que Lola definió como artístico (contenido en la Fundación Televisa), “así como la producción que ella denominaba ‘su chamba’, es decir, el trabajo que realizó para revistas y publicaciones institucionales”.
Es el caso de los trabajos fotográficos que creó para la Secretaría de Educación Pública (SEP) en los años 30 y el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), en los años 50; así como las series para ilustrar las memorias del presidente Manuel Ávila Camacho; y un informe de la
Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, entre 1954 y 1955, con fotografías de fábricas y de arquitectura moderna, como la Chrysler.
Su trabajo de propaganda política y de publicidad, como la serie Sirenas en el aire, que hizo para la marca Olivetti. “Recordemos que en aquel momento (1930 a 1950) el fotomontaje fue un medio de producción fotográfica artística muy importante, sobre todo en Europa y en Estados Unidos, así que podemos afirmar que el trabajo de Lola se desdobla en distintas direcciones”.
Otro ángulo que será revelado en la muestra es la serie de instantáneas, descubiertas como descartes y recuperadas por un coleccionista particular, los cuales Dorotinsky cotejó con los negativos de Lola, resguardados en el Center For Creative Photography, en Tucson, Arizona.
Esas fotografías que encontró el coleccionista tienen marcos con bordes amarillos y las completamos con reproducciones puestas a muro para facilitar la vista del asistente, así como una serie de camas de luz que dan cuenta de cómo un investigador revisa los negativos de un archivo”.
Sin olvidar los retratos que hizo a personajes como Diego Rivera, Manuel Rodrí[1]guez Lozano, María Izquierdo, Frida Kahlo y Salvador Novo, entre otros.
¿Cómo definiría el estilo de la artista visual? “Sabemos que fue maestra de Mariana Yampolsky y podría decir que si hay que ponerle alguna etiqueta estilística, ella nunca fue pictorialista (como María Santibáñez), y aunque creó montajes constructivistas, muchas de sus fotos tienen más que ver con el trabajo de Edward Weston y Tina Modotti, así que su trabajo está más emparentada en esta línea de la fotografía directa que vino a México desde EU y Alemania”, concluye. (Excélsior)