La Habana – La expectación por la librería que el Fondo de Cultura Económica (FCE) inaugurará el 7 de mayo en la capital cubana crece entre el público de este país. Un taxista contó a La Jornada que se trata de una gran idea y confió en que México enviará “buena literatura, de esa que atrapa y no la que sobra”.
Frente a la librería Tuxpan, como se llamará el espacio ubicado en la calle L y muy cercano a la Universidad de La Habana, Marco Barrera, director de Asuntos Internacionales del FCE, informó a este diario que la sede será terminada con la colaboración de artistas mexicanos y cubanos.
Relató que los ejemplares que el sello mexicano trajo en barco para la 20 Feria Internacional del Libro de La Habana (FILH) se están agotando y están en proceso de resolver cómo llegarán más volúmenes para la librería, pues esperan contar, al menos, con poco más de 6 mil libros para que los lectores cubanos puedan comprar el día de la inauguración.
Destacó que no ha sido censurado ninguno de los títulos del Fondo que llegaron a La Habana y que la librería Tuxpan estará en un lugar privilegiado que estuvo ligado a personalidades históricas.
Durante la segunda y última semana de actividades de la FILH, es continua la asistencia de público a su sede tradicional en el Complejo Histórico Militar La Cabaña, así como a los recintos en la zona más antigua del centro de la capital que este año se estrenaron para albergar conferencias, charlas y actividades artísticas vinculadas con el encuentro editorial.
En el baluarte histórico, a pesar de que los niños ya regresaron a clases tras un receso escolar, se veía a cientos de ellos acompañados por sus padres en busca de textos y materiales didácticos. Sin embargo, algunos visitantes, que siguen la recomendación de usar cubrebocas como medida sanitaria, lamentaron que es menor la asistencia en comparación con ediciones pasadas.
En recintos de La Habana Vieja se presentó la novela Levantado del suelo, de José Saramago, traducida al español por el narrador y antologador cubano Rodolfo Alpizar; además, la joven escritora mexicana Karina Sosa charló en torno a la figura del bibliotecario como impulsor de la lectura, en la Casa Benito Juárez.
En otras actividades, Francisco Hinojosa conversó con profesionales del libro infantil, mientras Jaime Chabaud presentó el nuevo número de su revista de teatro Paso de Gato.
En la librería Fayad Jamis se dio a conocer un pequeño texto con poemas del autor por quien se nombró ese recinto, nacido en Zacatecas y fallecido en La Habana en 1988.
En las sedes alternativas en La Habana Vieja continúan las actividades en medio del habitual trajín de la capital e incluso en paralelo con otras presentaciones de música y danza.
En el Pabellón Cuba, donde hay una pequeña venta de títulos relacionados con la feria, quienes atienden relataron que pasan por ahí un millar de interesados en adquirir un libro. La oferta, limitada en el lugar, incluye obras del periodista y cuentista satírico estadunidense Ambrose Bierce, a la venta por 15 pesos de Cuba, moneda que, con relación al dólar, tiene una paridad similar al peso mexicano.
También se oferta una edición de Nuestra Señora de París, de Víctor Hugo, en 40 pesos, y un poemario del autor árabe nacido en Jerusalén Najwan Darwish, en 27 pesos.
Los títulos más vendidos son los infantiles, de ciencia, autoayuda, cocina, salud, en general “aquellos que pueden ayudar a sobrellevar situaciones difíciles”, además de novelas policíacas, dijeron los vendedores.
En el centro histórico de La Habana había familias que se dirigían a La Cabaña, algunas con hijos pequeños que mostraban su felicidad por ir a comprar libros.
Varios padres explicaron a La Jornada que se han incrementado los precios en relación con las ediciones anteriores de la FILH, aunque no faltaron quienes hacían el esfuerzo por adquirir la mayor cantidad de títulos posibles y se llevaban hasta seis ejemplares en sus bolsas.
Los sellos asistentes a este encuentro, además de Cuba y México, provienen de Perú, Holanda, Costa Rica, Panamá, España, República Dominicana, Guatemala, Reino Unido, Australia, Alemania, Irán y Ecuador, con libros entre 100 y 500 pesos la mayoría.
Ciertos clásicos universales se ofrecen en precios altísimos para el bolsillo cubano, como Ulises, de James Joyce, que, según relatan los expositores, pocas personas han comprado, o la novela Crimen y castigo, de Fiodor Dostoievski, ambos en alrededor de mil 500 pesos, o La montaña mágica, de Thomas Mann, que se vende en 2 mil pesos cubanos.
La emblemática novela de George Orwell, 1984, así como La peste, de Albert Camus, y El diario de Ana Frank cuestan 800 pesos.
Al parejo, existen muchos espacios que se dedican a la venta de artículos de papelería destinados a los menores, como lápices de colores, juegos, libros para colorear y carteles de princesas, entre otras mercancías. (La Jornada)