Los ingenieros de la NASA continúan así desenvolviendo, como quien deshace un origami, todas las partes del poderoso instrumento, que se prevé llegará a su destino final el próximo 23 de enero
La NASA inició este viernes el delicado y lento desdoble del enorme espejo principal del telescopio espacial James Webb mientras avanza por el espacio a toda velocidad tras su lanzamiento la Navidad pasada para explorar más profundamente el universo.
Los ingenieros de la NASA continúan así desenvolviendo, como quien deshace un origami, todas las partes del poderoso instrumento, que se prevé llegará a su destino final el próximo 23 de enero.
El despliegue total del espejo principal, de 6,5 metros y compuesto por 18 hexágonos de berilio bañados en una fina capa de oro, será un proceso de paciencia, de unos 10 días, en el que cada uno de los segmentos se inclina y ajusta en siete ejes diferentes.
“Ese es un proceso lento”, subrayó Gregory L. Robinson, director del programa Webb en la sede de la NASA, que precisó este viernes que los ingenieros han comenzado “la etapa final de los principales despliegues estructurales de Webb: el despliegue de las dos alas primarias del espejo principal”.
“Estos paneles laterales, que se doblaron hacia atrás para el lanzamiento, contienen cada uno tres de los 18 segmentos hexagonales del espejo”. “El equipo comienza hoy con el ala del espejo en el lado de babor (izquierda) del observatorio” y mañana sábado hará la segunda, detalló la agencia federal.
Esta semana ya abrió con éxito el parasol, del tamaño de una cancha de tenis y que evitará la radiación solar y proporcionará sombra a los instrumentos del observatorio. La NASA también desempacó esta semana un espejo secundario, todo mientras avanza a más de 1 millón de kilómetros de la Tierra.
Todas las partes que componen el telescopio, que revelará los elementos de planetas distantes gracias a su agudeza visual, fueron dobladas para poder acomodarlas en el cohete Ariane V. Este complejo observatorio cósmico está aproximadamente al 70% de su destino final, que será a unos 1,6 millones de kilómetros de la Tierra en un punto gravitacionalmente estable llamado L2.
Durante los últimos días el telescopio se ha venido desempacando, alineando y encendiendo poco a poco, y con un gran cuidado para no arruinar la misión antes de su destino final, en donde permanecerá estacionado durante la próxima década.
El telescopio, diseñado durante más de tres décadas y considerado el sucesor del Hubble, fue enviado al espacio el pasado 25 de diciembre, desde el puerto espacial europeo en Kourou (Guayana Francesa).
El telescopio, con un costo de 10.000 millones de dólares, ofrecerá una vista inédita del universo y permitirá mirar hacia atrás más de 13.500 millones de años para ver las primeras galaxias que nacieron tras el Big Bang, la gran explosión que dio origen al universo.
Su parasol, que protegerá al observatorio de la radiación solar y mantendrá a sus instrumentos en un ambiente térmico estable, terminó de desdoblarse el martes pasado tras dos días de una delicada maniobra, similar a separar las capas de una cebolla.
“Acabamos de terminar uno de los pasos más desafiantes de nuestro viaje hacia #UnfoldTheUniverse (Desdobla el universo)”, señaló entonces la NASA en Twitter. Destacó que abrió la cinco capas de tensado del parasol completas y que gracias a ello eliminaron aproximadamente el 75% las 344 posibles fallas.
El James Webb observará principalmente la luz infrarroja de objetos débiles y muy distantes pero para poder detectar esas débiles señales de calor, el telescopio debe mantenerse extremadamente frío y evitar las fuentes externas de luz y calor como el Sol, la Tierra y la Luna, o el propio calor emitido por el observatorio.
El miércoles pasado, la NASA desplegó también el espejo secundario del telescopio, un reflector de 0,74 metros. “Se ha desplegado el trípode más sofisticado del mundo”, dijo entonces Lee Feinberg, director de proyectos de Webb.
Este espejo está colocado sobre tres puntales de 7 metros de largo y reflejará las firmas infrarrojas capturadas por el espejo principal y las dirigirá hacia los instrumentos del telescopio. Si todo va bien, este proyecto de la NASA y las agencias espaciales de Europa (ESA) y Canadá (CSA), mostrará las primeras imágenes en unos seis meses, probablemente el próximo mes de junio.
Via: Infobae