El gobierno de la Cuarta Transformación espera un nuevo “despertar” del activismo zapatista en Chiapas, pues en reportes de inteligencia del gobierno federal se prevé un conflicto en el sureste mexicano, mayor al causado en el levantamiento del 1 de enero de 1994 a cargo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
Fuentes federales no descartan la toma de algunas cabeceras municipales para antes de que termine este 2020 y se estima que la capacidad de fuego de los grupos zapatistas es mayor a la de hace casi 27 años, asegura Alfredo González Castro en su columna para El Heraldo de México.
Las alianzas y acuerdos entre grupos es parte de ello, aunque cabe la posibilidad de que cuentan con el financiamiento de organizaciones criminales o personajes de la política.
Entre los reclamos que se hacen al actual gobierno federal se encuentra una falta de atención a los pueblos indígenas y la construcción del Tren Maya.
González Castro afirma en su columna que de lo que existe certeza es de la enemistad del EZLN para con la 4T y el actual gobierno de Chiapas. Del segundo, argumentan que se tiene en total abandono al estado, además de que se rompieron alianzas con personajes como el exgobernador Manuel Velasco.
Uno de los grupos afines al liderado por el entonces llamado subcomandante Marcos -ahora hecho llamar Galeano-, es el Ejército Revolucionario Indígena (ERI) ubicado en las montañas de Ocosingo, el cual el pasado 17 de agosto exigió la salida de la localidad del Ejército y Guardia Nacional al proclamar un autogobierno indígena.
Los indígenas tzotziles de Aldama crearon grupos de autodefensa, de los que informaron este 21 de agosto. Con ello buscan hacer frente a bandas que tienen asoladas a sus comunidades. Su intención es crear alianza con el EZLN, así como con otros grupos de autodefensa de Chiapas y otros estados. (Fuente: La Silla Rota)