Alfonso Carbonell Chávez
- Tregua a favor de México
Hay quienes, burdos lectores de momentos de emergencia nacional, ante el llamado vehemente y respetuoso del presidente Andrés Manuel López Obrador a sus adversarios políticos y mediáticos, y en el marco y remarco, una emergencia nacional incluso mundial de salud por el tema del mortal COVID-19, ahora resulta que la lectura de un puñado de puñetas periodistas de menos, ello es clara muestra de debilidad y hasta de reconocimiento que la estrategia implementada por el gobierno federal para hacer frente a la pandemia, ha sido equivocada. Para estos epidemiólogos de estanquillo que fruncen el cejo ante cada medida anunciada por el gobierno de la 4t, con independencia a la aparición del virus de contagio mundial hay que decirlo, nuestro país ya mostraba un agotamiento institucional tanto operativo como financiero, aparejado por una criminal corrupción en el sector salud, realidad que ha hecho que la actual administración federal desde aparecido el coronavirus y conocer de su alta capacidad de contagio, empezó a aplicar medidas preventivas que han tenido un proceso creciente de rigurosidad y ciertamente de manera gradual, para contener su expansión se han tenido que decretar acciones de orden obligatorio. Con tal de no afectar al menos no de manera temprana a sectores productivos del país, el cierre generalizado de actividades comerciales y de servicios apenas se han venido implementando y por lo mismo, se está convirtiendo en otra prioridad a atender por su inminente impacto sobre todo en sectores vulnerables de la economía.
Pero la verdad mi intención en esta entrega, no es tocar o no únicamente el tema del Covid 19 ni de su progresión en el país y que pese a las medidas recomendadas, sino de forma exponencial como en otros países, sí la curva de contagio continúa en modo ascendente tal y como lo habían estimado las autoridades de salud. Sin embargo y ahí considero ha radicado el éxito de la estrategia, sin minimizar el número de muertes en comparación con otros países aunque una vida no tiene precio ni valor comparativo aclaro. Pero para evaluar la efectividad de la estrategia, resulta conveniente referirse a las cifras de contagios, de curados y de muertes y ahí de acuerdo al último reporte dado a conocer en la conferencia de este jueves, ya van 50 muertos informó el vocero para el tema Covid, Hugo López- Gatell. Mientras en países como Italia o España y nuestro vecino del norte, el número de fallecimientos por el virus Sar cv2 Covid-19 suman ya ¡miles y los contagios decenas de miles! En nuestro país las cifras de contagios ya rebasaron los mil, pero producto del correcto manejo previo al primer caso importado, la velocidad registrada pese a ciertas resistencias de guardar sana distancia y quedarse en casa, aun son manejables que hablan por sí solas y a la vista de quienes las quieran ver.
Y no para nada, señalaré por nombre y apellido a los infectólogos mediáticos que bajo consigna ya ideológica, de clase o económica o lo que es peor por las tres, a cada paso y ante cada anuncio hecho por Andrés Manuel, de manera enfermiza con displicencia que los caracteriza como por su absurda frustración, están convertidos en verdaderos cuervos de la cuarta transformación. Y sin esconder su odio al presidente, de manera procaz, irrespetuosa y cobarde lo injurian y descalifican. Lo más peculiar de estos “científicos” de la comunicación, está en no mostrar rubor alguno ni mucho menos poseen el menor espacio para la ética periodística. Ya ni qué decir que sientan un mínimo de empatía con los marginados del país. Pero eso sí decía, estornudan sus virus salpicando a todo mundo (¡guácala fuchi caca!) y con cinismo que raya en desvergüenza, le reclaman al presidente ser él quien aviva la hoguera de las confrontaciones ¡hipócritas! Cuando de manera contundente, enérgica pero respetuosa, les grita su precio, solo comparable al desprecio que a millones de mexicanos les provocan.
Así entonces ¡no se equivoquen! la tregua y el llamado a la unidad no es muestra de debilidad sino todo lo contrario, de fortaleza. Su calidad moral y sus principios, le dan voz y respaldo a su llamado. No es como asumen erróneos que la baja en las encuestas sobre su popularidad le vaya a quitar el sueño. Mucho menos que algunos “analistas” aldeanos para sustentar sus sesudos análisis, citen a periodistas conservas de esos que están muy encabronados por la pérdida de privilegios, poder y jugosos chayos. Lo más deplorable por no decir lo que en verdad es, de que al citar a sus alter egos como son los doctores Ciro, Joaquín, Carlos bueno hasta la jefa de enfermeras Denisse, los lleve a considerar que el “señor López” (como “valientemente” le llaman al presidente) no está preparado para gobernar. Es más sin que sientan un poquito de vergüenza, consideren a Calderón o a Peña ¡carajo! mejores presidentes. Y eso me cae, es no tener ¡madre!
Y ya para concluir y terminen con las tripas volteadas, el llamado del presidente Andrés Manuel López Obrador a la unidad nacional, ya ha empezado a recibir muestras incluso de los jefes de esos descastados políticos y periodistas. Porque ahora y de poder lograr en un mes o dos el punto de inflexión de la curva de contagios del Covid 19, el tema de la crisis económica y la caída del PIB; o el precio bajo del petróleo y la devaluación de la moneda y demás temas no provocados por el gobierno sino como lo es la emergencia mundial de salud u otros provengan de factores externos, sus malquerientes lo seguirán culpando de todo mal. La crisis sin duda será dura para México, pero igual lo será incluso más profunda para otras economías empezando por la norteamericana. Y ciertamente se reconoce aún existen muchas deficiencias e infinidad de rezagos tanto en el sector salud como en el educativo, energético, de telecomunicaciones como de seguridad. Pero son problemas que se resuelven en un año ni se podrán revertir en ese mismo lapso de tiempo, ¡30 años de saqueo y corrupción! Solo reitero y concluyo, que pese a la crisis sanitaria o el agravamiento de la crisis económica del país, estoy cierto que saldremos adelante. Entonces, la historia pondrá a cada cual en el lugar que se merece. Por lo pronto la convocatoria es una; Tregua y Unidad Nacional. ¡Me queda claro!