En entrevista con La Jornada, la periodista Silvia Lemus explica que el libro está dividido en tres partes: maestros, amigos y vocación literaria. “Aquí está presente el pensamiento literario de Carlos y su dominio de la palabra.
“Carlos era un intelectual, un escritor de novelas de ficción, pero también de ensayos; era brillante en los dos campos. Su preocupación, desde el punto de vista literario, era la palabra. Le obsesionaba la palabra, como a casi todos los escritores, supongo.
“Le interesaba que el mundo fuera múltiple, plural y buscó eso cuando escribió Chac Mool y La región más transparente; ahí encontramos a un escritor joven que cambia el ritmo de las palabras, pero también plasma su curiosidad por lo que sucedía en el mundo.”
Al recordar a Fuentes, su compañero de vida por más de 40 años, Lemus comparte que la obra del escritor es universal y vigente, pues siempre fue un hombre dedicado a la literatura. Se sentaba diario en su estudio a escribir y a leer
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En la charla, que transcurre en su casa ubicada en San Jerónimo, Silvia Lemus recuerda que el novelista fue un gran orador con un poder de convocatoria impresionante. Cuando iba a dar una conferencia todos estaban ansiosos por escucharlo. La gente estaba encantada de verlo y él disfrutaba ese contacto con el público
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Añade que en gran parte ese fenómeno de atraer a las multitudes se debe a que Fuentes no sólo hablaba de literatura, sino también se refería a asuntos públicos, porque creció en una familia con un padre diplomático, y siempre tuvo una visión muy profunda del acontecer.
La política le interesaba mucho, no para participar en ella como mucha gente suponía, sino su interés era observar lo que pasaba. Mucha gente que me encuentro me dice que hacen falta sus palabras en estos momentos, y lo entiendo, porque tenía una manera muy exacta y aguda al compartir sus puntos de vista.
A viva voz reúne conferencias del novelista en universidades e instituciones europeas e iberoamericanas, en las que habla de su relación con la literatura universal y nacional, con su obra, amigos y la comunidad de escritores.
Los amigos que incluye en las ponencias son Luis Buñuel, Alfonso Reyes, Julio Cortázar, Fernando Benítez y Octavio Paz.
Sobre la amistad, la autora de Tratos y retratos comenta que Alfonso Reyes no sólo fue amigo de Fuentes, sino su guía literaria. “Cuando Carlos tenía 18 años, empezó una amistad real con Alfonso, quien un día le preguntó si había leído Rojo y negro, de Stendhal, y como no lo había hecho se puso a leerlo, y así lo impulsaba con diferentes lecturas. A los 19 años, Carlos también leyó Los sonámbulos, de Hermann Broch.
“Fue un lector apasionado. Leyó a franceses, ingleses, rusos, islandeses, alemanes, chinos. Leyó todo lo que pudo y siempre que tenía oportunidad decía a los jóvenes: ‘lean todo lo que puedan, porque después ya no podrán’.”
Otro amigo que recuerda de manera especial Silvia Lemus es Octavio Paz, a quien Fuentes dedicó una conferencia en 1998. En ese texto, el novelista escribe: “La imagen parisina que permanece para siempre en mí es la de un mediodía gris en que Paz me llevó a ver el primer gran cuadro de la posguerra, la obra magnífica de Max Ernst llamad Europa después de la lluvia, en una galería de la Place Vendóme…”
Lemus, quien definió a Carlos Fuentes como hombre generoso, explica que A viva voz presenta una pequeña selección de las más de 100 conferencias del escritor y no descarta publicar en un futuro otro libro; incluso, dijo, planea editar uno de escritos periodísticos.
Via: La Jornada