Desde luego que en la oficina del gobierno interior, tienen claro la problemática social existente y por ende, de las partes en conflictos que no son pocos en el estado, siendo de los más recurrentes los normalistas y algunos municipios indígenas, en dónde las confrontaciones de dominio, han generado incluso desplazados.
El punto es que en sus demandas, exigencias, diferencias y acciones violentan la ley, en la idea de que al radicalizarse, van a lograr más rápido la solución a favor, pero el punto es que eso no ha sucedido, y salvo los avances en algunos puntos con los normalistas de la Jacinto Canek por ejemplo, lo cierto es que los daños a particulares que han generado no deben de ser “encarpetados”, y menos si han demanda por parte de los afectados.
En el caso de Oxchuc, es lo mismo de siempre: sus diferencias las arreglan bloqueando la carretera, con toda la impunidad del caso, y los que se inconformen por tal violación a los derechos ciudadanos, la pasan muy mal.
Esos incidentes de tolerancia de más, se contrapone a la tolerancia cero que le aplican a los ciudadanos abusivos en general, y desde luego que es un desacato y desafío a la ley, pero sobre todo a la autoridad.