En el marco de la 6ta. Feria Internacional del Libro de la UNACH, Peter Rosset, investigador del Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR) y acompañante de los movimientos campesinos, presentó su libro “Agroecología, Ciencia y Política”. Inspirado en los aires revolucionarios de Chiapas, que lo han motivado desde su llegada en 1992.
“Yo soy hijo de un padre politizado y crecí en Nueva York durante la guerra de Vietnam, desde los diez años, más o menos, iba a marchas y protestas contra la guerra. Además, mi papá tenía una pequeña editorial de literatura Avant Garde y política de izquierda, donde se publicó “El Diario del Che”, entonces yo me interesé mucho en la política y todos los movimientos de esa época. Tanto en los de África como los de Asía, pero, sobre todo, el sur de América Latina llamó mucho mi atención.” comentó Peter Rosset, en una breve entrevista.
Fue así como su interés con los movimientos sociales pasó de ser una identificación lejana para convertirse en una participación activa que inició cuando colaboró como técnico agroecólogo con el gobierno sandinista de Nicaragua. Suceso que dio paso a una serie de acompañamientos en los procesos agroecológicos campesinos, dándole la oportunidad de participar durante una década como facilitador del movimiento internacional de “La Vía Campesina”, lo cual abrió un panorama más crítico y social dentro de su labor profesional.
Para Peter Rosset el libro “Agroecología, Ciencia y Política” -que forma parte de una serie titulada “Pequeños libros sobre el estado del arte de grandes cuestiones”- tiene implícito el esfuerzo del editor Jun Borras, exdirigente de una organización campesina filipina y fundador de “La Vía Campesina”, de resumir los principales temas sobre el mundo campesino, en relación a diferentes formas de vida que incluyen temas sociales, ecológicos y políticos.
Como ya lo define Miguel Altieri, coautor de esta obra “las auténticas raíces de la agroecología se encuentran en la racionalidad indígena y campesina”, es por ello que Rosset afirma que es indispensable reconocer la capacidad de los campesinos para construir su propio conocimiento por medio de la experimentación constante, pues de esa manera las campesinas y los campesinos produjeron alimentos durante milenios sin necesidad de utilizar transgénicos y agroquímicos.
La singularidad de este libro destaca en la importancia que tiene la agroecología para que el campesinado construya otros mundos posibles; así mismo propone herramientas que permiten contrarrestar los ataques de las políticas neoliberales y el agronegocio en el ámbito rural. Por lo tanto, los procesos sociales de la agroecología permiten que los pequeños productores sean el centro de su conocimiento, fortaleciendo la capacidad para resolver sus problemas desde un contexto comunitario; lo cual promueve un movimiento social y colectivo en el que ellos se convierten en líderes que poco a poco descolonizan su territorio.
Es por ello que Peter Rosset defiende de forma congruente la importancia de fomentar el trabajo colectivo sobre el trabajo individual, pues además de que dos mentes piensan mejor que una, también desde la colaboración académica interdisciplinaria surgen estrategias para hace frente a las problemáticas actuales ya sean alimentarias, ambientales, políticas o sociales.