Sin tanto rollo

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Eduardo González Silva

  • El rostro amable de los banqueros en México

Al parecer hay avance en el diálogo entre el gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador con la cúpula empresarial, en el propósito de lograr para el país hacia los próximos años, crecimiento y desarrollo, que no se dan desde hace más de 40 años.

Fenómeno de estancamiento que ninguna economía del mundo podría aguantar, que los mexicanos han soportado todo tipo de ignominia por parte de la clase política y el gobierno, en el desmedido saqueo a la nación, con bajos salarios -que raya niveles de explotación-, falta de inversión, sin creación de empleos bien pagados, alza galopante del costo de la vida, devaluación del peso, y la consecuente proletarización de la clase media.

De no ser por la riqueza que existe en el territorio nacional, no se habría podido sostener la economía nacional. El no gobernar por priístas y panistas, trajo la ola de violencia e inseguridad que se vive en todo el país, la población se dedicó a delinquir, si los políticos y empresarios lo hacen, ¿por qué nosotros no?, fue la enseñanza heredada por los oligarcas.

La consigna ahora es “todos a portarse bien”, no hay rencores ni ajuste de cuentas, salvo que existan denuncias judiciales por actos de corrupción en todo el conjunto del Estado mexicano, una especie de borrón y cuenta nueva.

El pasado fin de semana se llevó a cabo en Acapulco, la 82 Convención Bancaria, le quitaron lo de Nacional, la mayoría de instituciones del sistema de pagos de México son extranjeras. El tema central este año fue la inclusión financiera, para que más mexicanos tengan acceso a los cajeros automáticos, se reduzca de forma considerable el manejo de efectivo, y la posibilidad de que mexicanos mayores de 15 años aperturen una cuenta bancaria.

Apenas en 2015 había 50.7 cajeros automáticos por cada 100 mil adultos, cifra inferior al promedio de los países de la OCDE de 75.9 cajeros automáticos por cada cien mil adultos.

¿Pero que hay en la actualidad atrás del rostro amable y comprometido con México, de este sector de la economía? Se hace de lado el negro historial de la banca, aun y cuando estuvo en manos privadas nacionales. Deseable sería que los bancos se comprometieran a impulsar actividades productivas y no solo de consumo.

Con información del Banco de México, la actuación de la banca se centra en los créditos al consumo los personales y microcréditos, que registran la tasa de interés más alta, seguidos por las tarjetas de crédito y después los de nómina. En promedio, los créditos personales y microcréditos registraron al cierre del 2017 una tasa de interés de 37.27 por ciento, las tarjetas de crédito 34.53 por ciento y los de nómina 24.56 por ciento.

Antes de la reprivatización de la banca, la mayoría de la banca se denominaba “instituciones de ahorro, crédito y fiduciarias”, pero con la venía de la época noeliberal se permitió su operación sis esos conceptos, es decir la insuficiencia en la colocación de créditos a la industria, el campo, y a las pequeñas y medianas industrias.

En el caso del campo, si bien existe dinamismo considerable, no se logra cubrir las necesidades del sector. La banca privada en este país, tiene contenido el financiamiento al campo, en tanto que la banca de desarrollo y organismos gubernamentales están muy activos en este sector, pero no cubren las necesidades existentes.

La banca de desarrollo ha tenido un papel fundamental en el otorgamiento de financiamiento hacia el sector primario, pero todavía hay trabajo por hacer, y es en este momento en que se requiere del apoyo de los banqueros.

Si bien la reforma financiera de 2014, propuso incrementar el crédito agrícola este no llega a los sectores más bajos, aún la mayoría de productores están desprotegidos por asuntos de riesgo, por lo que los alcances de dicha reforma se quedaron muy lejos en su pretensión de colocar más crédito y más barato, como se pregonó.

La banca comercial en México, tiene pendientes serios, en especial con las pequeñas y medianas empresas, por el insuficiente crédito, además de que el 80 por ciento de los industriales se financian entre sí, como lo han señalan las cámaras empresariales.

Si se necesita del real compromiso por parte de la banca privada, y el reconsiderar la función de la banca de desarrollo, que al día de hoy su financiamiento representa solo 4 por ciento del Producto Interno Bruto.

Se está en un periodo de conciliación y ánimo por impulsar proyectos conjuntos, se deben de establecer metas para implementar reglas de competencia, que den solidez y afiancen los compromisos de los sectores involucrados para beneficio de todos.

A quedado de lado el potencial del sistema de pagos para promover el desarrollo económico nacional. México es de los países donde la banca otorga menos crédito, aún comparado con economías con niveles de ingreso similares al de México, como Brasil, Colombia y Chile.

Se debe contemplar que México requiere un sistema bancario eficiente y competitivo, que favorezca el flujo de financiamiento a proyectos más rentables y productivos, que amplíe y mejore las opciones de los ahorradores y disminuya los costos de transacción en el resto de los sectores de la economía, para lo cual se deben establecer fechas que nos permitan alcanzar objetivos.

Se anuncia la apuesta de que con el uso de tecnología y sin cobro de comisiones, se pondrá en marcha en septiembre el código QR y el sistema de Cobro Digital (CoDi), de acuerdo a estándares del Banco de México y de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, para la llamada inclusión financiera.

Los activos que opera el sistema de pagos es de apenas 9.4 billones de pesos, mientas que el tamaño de la cartera es de 4.9 billones, con una penetración que llega del 27 al 36 por ciento. Y sólo por medio de mayor competencia se logrará la inclusión financiera.

Pero México, necesita que los bancos cobren menores comisiones por las remesas que ingresan al país, calculadas en alrededor de 35 mil millones dólares, ¿a cuánto ascienden sus ganancias por estos capitales? El país, requiere que los banqueros participen en actividades productivas, con menores costos, con lo que el crecimiento y desarrollo en diferentes lugares del país saldría a relucir.

 

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