Sin tanto rollo

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Eduardo González Silva

And the winner is…

Y llegó el día, este 24 de febrero una vez más otro cineasta mexicano acapara la atención de Hollywood, que con todo y el histórico descrédito de la filmografía mundial, se mantiene como la meca del séptimo arte.

Talentosos compatriotas, que en cinco años consecutivos, han despertado el asombro y la simpatía de los estadunidenses, que hoy pese a Trump, dan brillo a esa Época de Oro que fue la del cine mexicano.

Jamás se reconoció el talento a las obras de arte de la cinematografía mexicana, que en su tiempo llevaron a cabo, directores, actores, actrices, guionistas, músicos, fotografía, etcétera, que no lograron el mínimo reconocimiento a su elogiable labor.

Toca nuevamente el turno a Alfonso Cuarón, para deleite nacional el poder obtener una estatuilla dorada más, y de ser así, aplaudida por los nacidos en este lado de la frontera con la Unión Americana.

No existe ni habrá otro momento alguno de Hollywood, que cineastas de distinto país tengan el dominio absoluto de la meca cinematográfica, en reconocimiento a su trabajo.

No han faltado las descalificaciones clasistas, mediocres y baratas (envidia oculta) de “personajes” menores, que se han ido con todo, en especial contra la actriz Yalitza Aparicio -inolvidable Cleo-, de quien hoy el mundo la reconoce por su fascinante belleza, genuina personalidad representante de nuestra raza de bronce.

La perfecta sincronía de lo que habla y lo que expresa el perfil de su rostro, es de admirar tanto que revistas en histórico como “Vanity Fair” con gráficas del también laureado mexicano con dos Óscar, Emmanuel Lubezki, “The Wrap”, “The New York Times” -está en mis manos el ejemplar-, “Vogue” México, en algunas hasta aparece en portada, dan cuenta de ello.

Mexicanos que sin medir consecuencias a su aventura a salir del país para la conquista de su mundo el cine, hoy ocupan la élite de la cinematografía internacional. Alfonso Cuarón, inició la inédita narrativa del dominio de la meca del cine con lo nacional en 2014 por ‘Gravity’.

En 2015, Alejandro González Iñárritu por ‘Birdman’, y en 2016, Alejandro González Iñárritu por ‘El Renacido’. Luego el año pasado, Guillermo del Toro por “La Forma del Agua”.

Aunque fuera exagerado ir al Ángel, el próximo domingo se convertiría por igual en expresión para exaltar lo que el mexicano común logra día a día en este mundo mercantil dominado por los sajones, algunos de los cuales quieren ver un muro de Berlín, “así de grande y de bonito”, entre la frontera de México y el gabacho.

And the Óscar goes to…

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