Huichapan 

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El Acueducto Arcos de San José, magnífica obra de ingeniería antigua, recibe a los visitantes de Huichapan, en el estado de Hidalgo, recordándoles la principal característica de este territorio: la abundante presencia de agua, que lo ha convertido en una región fértil y próspera en la que florecieron la religión, la cultura y la arquitectura que hasta el día de hoy conservan su belleza y singularidad.
Habitada originalmente por otomíes, aztecas y toltecas, los orígenes del nombre de este Pueblo Mágico se han tornado inciertos, aunque todos apuntan a una etimología similar: su nombre se traduce en otomí como “en el río de los huichotes” o “en el río de la chía”, aunque investigaciones realizadas en el siglo XVIII apuntan a que fueron los toltecas quienes fundaron la ciudad en el 730 d. de C., nombrándola como “Gueychiapa”, que significa “abundancia de agua”.
Las poblaciones indígenas coexistieron en la zona por cerca de 800 años, hasta que en 1531 llegaron conquistadores españoles y reclamaron para sí las fértiles tierras, con la ayuda del Gran Tlatoani de Jilotepec, quien adquirió el nombre de don Nicolás Montaño o Montañez. El proceso de conquista no fue fácil, por la bravura de los pueblos indígenas, pero para 1557 se habían establecido ya varias familias españolas, principalmente la Alejos, que pugnó ante el virrey, don Luis de Velasco, la fundación oficial del Valle de San Mateo Huichapan.
Fueron levantadas así las primeras casonas y recintos religiosos, que prosperaron a la par de la agricultura y otras actividades en las labores; para 1810, año de inicio de la Guerra de Independencia, Huichapan era ya un fuerte territorio cuya población fue capaz de ayudar notablemente al triunfo de los insurgentes. En 1812 se convirtió en una de las cuatro capitanías generales, junto con la Sierra Gorda de Querétaro, que se encontraba dirigida por los huichapenses Gral. Julián Villagrán Callejas “El Viejo” y por su hijo José María “Chito” Villagrán.
Los tianguis semanales son una costumbre muy extendida en México desde la época prehispánica; quienes en ellos ofrecen sus mercancías, tienen que estar todo el día ocupados en la labor de cuidarlas y despacharlas. Por ello, se volvió común en los pueblos grandes, como Huichapan, la construcción de edificios conocidos como “chapiteles” próximos a conventos o templos mayores, en los que el sacerdote con su acólito podía oficiar misa a través de las puertas abiertas de los balcones y terrazas, para que todos los que estaban en el mercado pudieran presenciar el acto religioso sin abandonar sus lugares.
El 23 de agosto de 1812, el chapitel de Huichapan fue convertido en imprenta clandestina del periódico “El ilustrador americano”, que se tiraba originalmente en Tlalpujahua, Michoacán, por obra del Gral. Ignacio López Rayón. Desde su nueva ubicación, en este pequeño taller conocido como Imprenta Nacional Americana se emitieron proclamas y otros escritos favorables al movimiento de independencia, como la Proclama de la Junta Suprema de la Nación, gracias a la protección de un fuerte contingente de artillería proporcionado por el Teniente Coronel Alcántara.
En este mismo edificio se conmemoró por primera vez la independencia de México mucho antes de ser obtenida, pues el 16 de septiembre de 1812 don Andrés Quintana Roo dio lectura a dicha proclama, en donde nombró a Huichapan como cuartel general, Palacio Nacional de América y capital de la misma.
Desafortunadamente, a mediados de 1813 cayó la plaza de Huichapan a manos de los realistas. Don Julián Villagrán y su hijo, cabezas del movimiento en la región, fueron fusilados y decapitados, y gran parte de la población fue detenida y diezmada. Más de cuatro decenas de personas fueron sacrificadas en el poniente de la plaza principal, hoy día frente al Palacio Municipal, por lo que fue colocada una placa y se le dio el nombre de Plaza de los Mártires de la Independencia.
Esta importante participación en el movimiento independentista fue también reconocida, medio siglo después, por el presidente Benito Juárez, quien le asignó el título de “Segunda cuna de la Independencia”. El 15 de octubre de 1868, el presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado de México, Lic. Antonio Zimbrón, la nombró como “Heroica ciudad de los Mártires de la Libertad”.
Qué visitar en Huichapan Pueblo Mágico
Este Pueblo Mágico declarado en 2012 está habitado por numerosas construcciones y monumentos que llevan de la mano a sus visitantes a través de su portentosa historia. Como parte del Camino Real de Tierra Adentro, que transportaba las riquezas minerales a través del país hasta Santa Fe, Nuevo México, está llena de maravillosos templos y soberbias casas coloniales, rodeadas por un ambiente de tranquilidad y un agradable clima.
El recorrido comienza en la Presidencia Municipal, con los nueve balcones, el escudo de armas y el reloj monumental que habitan su fachada. Levantado en cantera en 1889, se ubica frente al Jardín Central, un apacible lugar donde se puede descansar en sus bancas al tiempo que se saborea una nieve o una botana, al tiempo que se admira el monumento dedicado al héroe independentista José María Villagrán.
Uno de los orgullos de los huichapenses es el Ex Convento de San Mateo y su parroquia, construido en cantera en1753 con un notable estilo barroco churrigueresco, gracias a que el doble campanario de su torre sirvió como fuerte de defensa en el ataque de 1813. En su altar principal se adora al santo patrono del pueblo, San Mateo Apóstol, y al Sagrado Corazón de Jesús.
El recinto religioso más antiguo de Huichapan es el Templo del Calvario, levantado en cantera en 1698 y remodelado en mampostería en 1751 por mandato del capitán Manuel González Ponce de León. Como la mayoría de las parroquias de la época, su planta tiene forma de cruz latina dentro de una nave rectangular, capillas laterales y una cúpula octagonal. En su elevado altar se adora al Señor del Calvario, cuya fiesta es la más importante del pueblo, al terminar la Semana Santa.
Existen también dos capillas muy importantes en este Pueblo Mágico, a los lados del Templo de San Mateo: la de la Tercera Orden y la de la Virgen de Guadalupe, símbolos de los primeros años de evangelización a cargo de la orden de los franciscanos. Muestra de ello es la fachada de la segunda, en la que fue labrada la imagen del jacal en el que fue oficiada la primera misa de la región, en 1531.
La de la Tercera Orden es un magnífico ejemplo de arte churrigueresco, sobre todo en su retablo mayor, que combina materiales y texturas con sus cuadros y esculturas. Su fachada es inconfundiblemente franciscana gracias a dos detalles: una escena de la estigmatización de San Francisco y el escudo de la orden en la parte superior.
Todo este complejo parroquial se encuentra unido por un atrio que solía ser un cementerio, pero que actualmente es una plataforma que ostenta una impresionante cruz de piedra en remarcado estilo novohispano, cuya finalidad en un principio era meramente didáctica, ya que en sus relieves se muestra el episodio culminante de la Pasión: el rostro de Cristo rodeado por la corona de espinas.
Lo imperdible en Huichapan Pueblo Mágico
Para terminar de hilar los acontecimientos vividos en Huichapan, vale mucho la pena visitar el pequeño museo de El Chapitel, donde puede observarse una réplica de la campana de Dolores, pinturas y documentos muy significativos para la lucha independentista, como periódicos, pasquines y decretos libertarios.
Otro importante recinto es el Museo de Arqueología e Historia, fundado en 2010 y en el que se conservan piezas arqueológicas muy significativas para la historia del municipio, como vasijas, puntas de flecha, ofrendas funerarias, collares de jade, réplicas de pinturas rupestres y objetos que guardan relación con el Valle del Mezquital.
A un costado del arroyo Boyé, a cinco minutos del pueblo, puede explorarse también el pasado prehispánico de la zona, pues en la pared rocosa del cerro fueron descubiertas pinturas en color blanco de figuras humanas con los brazos extendidos y unidos entre sí formando una fila, así como de animales, estrellas, el Sol, figuras geométricas y representaciones de plantas para la curación y el cultivo.
Más allá de esta rica exploración histórica, Huichapan ofrece a sus visitantes la oportunidad de disfrutar sus abundantes aguas y cálido clima en varios centros recreativos. El más importante es el Bioparque El Saucillo, en el Acueducto Arcos de San José Atlán, una maravillosa obra monumental del siglo XVIII con 14 arcos de cantera, algunos de más de 30 metros de altura, suspendidos sobre el Cañón Arroyo Hondo y considerados entre los más altos de Latinoamérica.
En el Puente Caminero, hecho en cantera, se puede disfrutar el paisaje y sentir el fuerte viento, así como vivir la adrenalina de aventarse en la tirolesa sobre el cañón. Dentro del parque pueden realizarse otras actividades como rappel, escalada, senderismo, ciclismo de montaña, paseos a caballo y bellas noches de campamento.
Por último, en los balnearios de aguas termales de los alrededores de Huichapan pueden pasarse días muy agradables en sus albercas, chapoteaderos, áreas arboladas con fresca sombra, palapas y restaurantes. Entre los más conocidos destacan el Chichimequillas, que aprovecha el agua del río, El Pathecito, uno de los más grandes que ofrece emocionantes toboganes, canchas deportivas y hasta un hotel, y el Camino Real, con sus extensas áreas verdes para descansar y acampar.
Qué comer en Huichapan Pueblo Magico
Recomendamos degustar las especialidades culinarias de la región, por ejemplo, la tradicional barbacoa, los exóticos escamoles y el pulque. De acuerdo a los expertos, el pulque de Huichapan es el mejor que se elabora en nuestro país.

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