Ciudad de México – A 25 años del levantamiento zapatista y dos décadas de su premier mundial en el Festival Internacional de Cine de Berlín, el largometraje documental Un lugar llamado Chiapas será estrenado en México en su versión en español.
Esto ocurrirá el jueves 24 de enero, a las 18 horas, en el Cinematógrafo del Chopo, donde se mantendrá hasta el 31 de febrero. De forma posterior, a partir del 7 de febrero llegará a la Sala Julio Bracho del Centro Cultural Universitario.
Es la primera ocasión que este filme de la cineasta canadiense Nettie Wild se proyecta fuera de festivales, en los cuales se ha hecho acreedor a premios como el Oscar canadiense por mejor documental, así como a los Altos honores que otorga la Asociación Documental Independiente Estadunidense, entre otros.
“Es momento de devolver este material a México y que esas historias regresen a casa”, sostiene la realizadora a La Jornada a propósito de la película, la cual aborda la irrupción zapatista en Chiapas del primero de enero de 1994 y los tres años subsecuentes.
Se trata de un profundo registro de las complejidades en esa entidad y su gente en el que resaltan temas como los refugiados choles, los ganaderos cuyas tierras fueron tomadas por los zapatistas, el papel del obispo Samuel Ruiz, quien moderó las pláticas de paz; la figura del subcomandante Marcos, así como las autonomías indígenas, temas que en conjunto han creado una curiosa y potente alquimia entre el México urbano y el indígena.
Además del documental, destaca que Nettie Wild donó a la Filmoteca de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) todo el material original de la producción del largometraje para su conservación y difusión.
Se trata de las 60 horas que en total se rodaron en soporte de Super 16 mm, que al lado de las cintas de audio, los reportes de cámara y sonido, así como documentos adicionales, suman una tonelada de peso, cuyo transporte a México fue pagado por la embajada de Canadá.
“Estamos devolviendo lo que creemos será un archivo muy importante, y tenemos que digitalizarlo todo, no sólo la película. Es un gran regalo para mí, pero también para la filmoteca”, expresa la cineasta.
“Lo hicimos porque entendemos en Canadá que una historia de problemática indígena es muy importante en este momento. Estamos sobre la misma placa tectónica y compartimos una historia”.
De acuerdo con Nettie Wild, la intención de esta película es demostrar cómo en los tiempos que vivimos es muy poco frecuente que exista una comunidad como los zapatistas que viva un paradigma social distinto al del mundo neoliberal, que diga cómo se vive afuera de ese mundo.
“No es que sean expertos, sería arrogante esperar una perfección, pero viven y siguen allí, vivos. Hay que ver qué pasó esta semana, porque se está volviendo a la misma dinámica de hace 25 años”, señala. (Fuente/La Jornada)