Daniel Flores Meneses
Tiemblan las remesas de paisanos a México
La llegada de Donald Trump tan odiado por los mexicanos de aquí y los mexicanos que allá trabajan, ha caído como una piedra en la cabeza de miles de ellos que buscan en el país norteamericanos la forma de salvar a sus familias de la pobreza en México, que a pesar de lo que nos digan el gobierno no tiene capacidad para hacer frente.
La crisis ha colado profundamente, faltan medicinas, no hay escuelas suficientes, los movimientos magisteriales la inseguridad y el narcotráfico, pero sobre todo la corrupción de funcionarios se riega por su territorio.
Para el gobierno los trabajadores mexicanos en Estados Unidos son una bendición, aunque no lo digan. Porque las familias de estos son atendidas por sus hijos, sobrinos o nietos que están en la Unión Americana, trabajando en asuntos que los propios norteamericanos no les cuadra.
Son tan importantes las remesas de dinero que llegan para esas familias, que están catalogadas como parte de la economía nacional. Por lo menos cinco mil millones de dólares, cada año envían los paisanos a México.
En los ejidos de Chiapas para no ir más lejos, se pueden ver familias completas que viven de las remesas de sus hijos en Estados Unidos. Pero la planta productiva nacional los aprovecha, los comercios y la sociedad en general. En muchos municipios pobres, verá usted casas con estilo americano, y si pregunta, se dará usted cuenta de que son parte de las remesas que se envían de Estados Unidos.
Leyendo un estudio sobre la naturaleza de la pobreza escrito por John Kenneth Galbraith, a propósito de la situación que se ha marcado con la llegada de Trump a la Casa Blanca, este economista, asegura que, en países como Irlanda, Suecia, Italia, España y Portugal, la migración resultó ser buena y asimismo ayudó a romper el ciclo de la pobreza en los países de origen.
Y eso sucede en nuestro país precisamente. Y estos ya es reconocido aquí en nuestro país como en los la Unión Americana.
DE SAN CRISTOBAL A SAN LAZARO, BUSCANDO PRESUPUESTO.
Agarraron sus cosas y se fueron al Congreso, fueron acompañando a su presidente Municipal, la misión era llegar con los diputados y los senadores para presentarles proyectos para infraestructura para obtener de ellos recursos para obras de infraestructura, que sean etiquetados para que puedan tener un seguimiento y la seguridad de que se harán y que las autoridades no van a meter la mano en esos proyectos, muchos menos en el dinero.,
Llegaron y expusieron a los diputados, sus necesidades, pero además entregaron 300 expedientes de otras tantas obras necesarias. El presidente Municipal de San Cristóbal de Las Casas, Marco Antonio Cancino, los encabezó, y fueron recibidos en el palacio de San Lázaro. Fueron con los 92 agentes rurales de todo el municipio para gestionar los recursos.
Esto lo escribo porque es lo que en estos momentos todos los ediles deben de hacer, deben de comprometerse con las obras de infraestructura, y no solamente a recibir los dineros que muchas veces ni completos les llegan. El edil de san Cristóbal quiere que se les asigne directamente que no pase por las otras dependencias estatales, porque los van a obligar a obras que no están aprobadas por la población.
Un ejemplo claro de todo esto, es el más reciente de Veracruz, en donde actualmente los alcaldes están en permanente protesta, tomando el palacio de gobierno y la casa de gobierno, para presionar a que se les entregue los dineros que les corresponde.
Todos sabemos que pasa con el Ramo33 que reparte el gobierno cuando debería llegar directamente a los municipios, pero son tan deshonestos, o han sido tan deshonestos los alcaldes que los gobiernos en turno no les sueltan el dinero y los hacen firmar documentos para aceptar las condiciones de no recibir directamente los dineros que luego son gastados en otros asuntos dejando a los municipios sin la posibilidad de avanzar. Tanta culpa tiene el que mata a la vaca, como el que le detiene la pata, dice un viejo refrán.
Por eso lo que hizo el edil de San Cristóbal es bueno, se vienen tiempos difíciles en la economía del país, más ahora que ha llegado a la Presidencia de Estados Unidos, un hombre que está lleno de desconfianza.
Si todos los alcaldes se pusieran a elaborar sus programas de infraestructura y solicitar recursos a la federación por la vía del Congreso, otro tenor tendría el proceso de desarrollo de México.
La desconfianza y la corrupción se vistieron precisamente de eso, de dejar hacer y dejar pasar las obras, haciendo con ellas negocios y dejando obras mal hechas y de bajo rendimientos.