Daniel Flores Meneses.
2 de octubre se está olvidando
Todo por servir se acaba, y más en estas épocas de vorágine electrónica que no da tiempo de reflexionar sobre los acontecimientos, claro en la mayoría de los ciudadanos, que ven pasar los acontecimientos como flashazos. Los jóvenes son la presa más fácil de esta era, viven corriendo atrás de lo nuevo.
La historia de los países, de las sociedades, dentro de poco tiempo, podría desaparecer, ante lo frágil y veloz de lo nuevo. Porqué escribo esto, se preguntará y le respondo que es porque siento coraje, que el Siglo XX este tan lejano para los milenians, que no les importe ya lo mucho que pasó. A lo mejor sea bueno, no acordarse de eso.
Pero me llena de tristeza ver una encuesta que dio a conocer PRAMETRIA, sobre el movimiento de 1968 en Tlatelolco, uno de los acontecimientos brutales de esa etapa mexicana. Se dijo y a lo mejor se sigue diciendo que fue el parteaguas del México de la Revolución y el moderno. Sin embargo, ese movimiento se va extinguiendo de la memoria colectiva.
Ya casi a nadie le importa y los que nos acordamos de él, lo vemos tan lejano.
La encuesta de PARAMETRIA, nos dice que el 2 de octubre comienza a olvidarse.
“PARAMETRIA dio a conocer su encuesta sobre los acontecimientos del 2 de octubre conocida como la matanza del 68… Al cumplirse 48 años de estos tristes acontecimientos el dos de octubre comienza a olvidarse… Poco más de la mitad de los mexicanos (55%), desconoce que sucedió el 02 de octubre de 1968, mientras que 45% afirma saber de los hechos que tuvieron lugar ese día. Cada vez más personas desconocen que tuvo lugar la matanza estudiantil. En julio de 2002, el 62% de las personas dijo saber qué había sucedido en esta fecha; para 2015 el porcentaje disminuyó a 54%, hoy en día llega a 45%”.
Los gritos que algún emitimos, los de esa generación, “Dos de octubre no se olvida”, ha sido cubierto por otros acontecimientos, le quitan el 2 de octubre y le ponen lo que quieren y el grito sigue, pero escondiendo en un rincón oscuro a los muertos de Tlatelolco de hace 48 años.
Murieron cientos de jóvenes, masacrados por la orden del odiado presidente Díaz Ordaz. Precisamente él uno de los líderes del movimiento que fue a la cárcel de Lecumberry, escogió ese día para quitarse la vida. González de Alba, luchador social que junto con otros padecieron todo el poder del estado mexicano.
Debo recordar a un amigo, gran amigo, Agustín Granados, que lo encontré en la brega del periodismo en la radio y me llevó a Televisa y me llevó con Virginia Lemaitre, para iniciar un noticiero los sábados y Domingo, y supe ahí a través de sus pláticas de lo que había pasado en esos tiempos de Tlatelolco. Estuvo en Lecumberry también como los demás del Comité de huelga. Lo quise recordar porque él murió hace algunos años, pero vale la pena hacerlo, porque era un periodista certero, extraordinario y gran amigo. Tenía una gran visión del país donde habíamos crecido.
Por eso me da cosa que el 2 de octubre se esté olvidando del colectivo. Pero así pasa, debo entender en todas las etapas de la vida. Fue parrandero de parranda larga, como dice la canción de Jorge Negrete, y también parrandeaba con la amistad. Amigo también de más de un centenar de periodistas que ahora están en el candelero de la información televisiva. Gran amigo de Jacobo Zabludovzky, y Jacobo lo respetaba con aprecio.
En fin, por eso me da cosa, lo del olvido de la matanza de Tlatelolco, pero seguramente surtió sus efectos en los cambios que después se dieron.
Cuando sucedió la matanza, en 1968, estábamos entrando a la escuela de Periodismo Carlos Septién García, no nos tocó en si el movimiento estudiantil, hasta 1969 que comenzó a pegarnos como historia y luego llegaría el “halconazo” de Luís Echeverría, hechura de Díaz Ordaz, y ese movimiento si lo vivimos y participamos en algunas manifestaciones.
Pero si de Tlatelolco poco se escucha, con jóvenes que van a manifestarse sin saber porque lo hacen, menos se acordarán del Halconazo echeverrista, que también se llevó a muchos jóvenes mexicanos.