Ni más ni menos
Candelaria Rodríguez Sosa
Acosos sexuales a todo lo que da
Cargando su mochila, llena de ilusiones, de promesas hechas para sí, transitaba cansada, pero en paz de haber concluido un día laboral, cuando fue presa de acoso. Subiendo las escaleras del puente peatonal el individuo se coloca frente e ella, la arrincona, ella impávida, manoteo. Lo empujo mientras las manos del hombre le tocaban sus glúteos.
Se defendió del hombre joven, que se balanceo ante la vista quienes transitaban en ese puente peatonal. Lugar de concurrencia donde se congrega la terminal de combis que circulan en la capital del estado, y cruzando el puente, otra terminal con camiones que transita de Tuxtla a Coita, ella, Claudia, se llama, defensora de sus propios derechos, fue objeta de lo mismo que denuncia, ante una sociedad ajena, que solo sonríe ante la embestida que observa, pero no hacen nada para detener la agresión sexual.
Cometida la fechoría el acosador sale corriendo rumbo al súper más cercano que se encontraba. Y hasta ahí queda todo, mientras ella, sentía las miradas a veces burlonas, a veces de lastima, a final de cuentas, ella con los intensos latidos de su corazón a todo lo que da, solo se limito a lamer sus heridas, su indignación.
¿Serán acciones naturalizadas, protagonizadas por los hombres?
Ese día Claudia, como muchas del mismo nombre, mujer joven que, por su trabajo, al igual que muchas mujeres, todos los días se traslada de Coita a Tuxtla, que demás del peligro que implica salir tarde o viajar de madrugada, la travesía se complica con los bloqueos carreteros que hacen eterno el traslado a su casa tan solo a 19 kilómetros.
Ese día, de momento Claudia flaqueo ante un acto que el tomo de sorpresa en plena luz del día (eran las 17 horas), donde los acosadores no tienen ni lugar, ni horas, porque esas personas enfermas, perversas nunca descansan y todos los lugares son propicios.
De acuerdo con la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, el acoso sexual es “una forma de violencia en la que, si bien no existe la subordinación, hay un ejercicio abusivo de poder que conlleva a un estado de indefensión y de riesgo para la víctima, independientemente de que se realice en uno o varios eventos”.
De acuerdo a la Cuarta Visitaduría General, Programa de Asuntos de la Mujer y de Igualad entre mujeres y hombres, señala que en México en 14 entidades federativas se ha tipificado el acoso sexual como delito en sus códigos penales, entre ellas, Baja California Sur, Coahuila, Distrito Federal, Estado de México, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Nayarit, Puebla, Querétaro, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Tamaulipas y Veracruz.
Pero en Chiapas no esta tipificado, lo mismo que en 18 entidades, como Aguascalientes, Baja California, Campeche, Colima, Chihuahua, Durango, Guerrero, Hidalgo, Morelos, Nuevo León, Oaxaca, Sonora, Tabasco, Yucatán y Zacatecas.
Entonces ¿si en Chiapas no esta tipificado el delito de acoso sexual, que caso tiene una denuncia al respecto? Son acosos que, sin duda, no son denuncias ante la autoridad judicial porque que no se conocen detenciones por acoso sexual. Las sanciones van de 6 meses hasta un año, 3 y 5 años de cárcel en aquellos lugares donde esta tipificado.
El caso de Claudia, queda en el aire, porque como conocedora de lo que ocurre en esas largas horas de denuncia, ella sabe que quedara en el vacío, porque hasta ahora, no se conoce detenciones por este delito que además Chiapas no lo registra.
Algo tiene que hacerse en Chiapas. Las instituciones para combatir la violencia de todo tipo tienen bajo su responsabilidad realizar acciones para combatir la violencia.
A Claudia y a todas aquellas niñas, jóvenes y mujeres adultas le decimos no están solas. Y la autoridad tiene que responder, con o sin ley.