Al Son del texto

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Tina Rodríguez

No ha sido fácil para los legisladores hacer su trabajo en Chiapas, muy aparte de simpatías y rechazos; han estado del tingo al tango, buscando espacios en dónde no fueran objeto de riesgo.
Puede no gustarnos su modo, pero tienen que sesionar.
Hacer vigente la ley.
Esperemos que pronto nos sorprendan con normas que beneficien a la comuna, pues esa de las carreteras bloqueadas, la tenemos pendiente.
Presiones de sus partidos, de sus grupos: de todo viven los legisladores y hasta el riesgo de ser secuestrados por los inconformes cuando las verdades no tienen nada que ver en éste asunto de la Reforma Educativa.
Al Son que me toquen…
Desde que inició el nuevo milenio Veracruz es un estado donde todo puede suceder y en el que aparecieron nuevos códigos plantados por una clase política infame para el cobro de comisiones que les dejaron enormes ganancias a los cotos de poder.
Uno de ellos es Ricardo Sandoval Aguilar con su dupla Juan Manuel del Castillo González, en su momento subsecretario de Finanzas y secretario particular del gobernador, Javier Duarte de Ochoa y actual diputado local electo.
Del Castillo por su amigo de la infancia, Javier Duarte de Ochoa, ha hecho de todo, el gobernador estaba al tanto de las negociaciones que hacía a su nombre.
Del Castillo y Sandoval funcionaban como una verdadera máquina engrasada en la que se otorgaban contratos, mediante un módico 15 por ciento del porcentaje. Este modo de operar les valió ser reconvenidos en diversas ocasiones.
Mi informante señala que el sector salud fue uno de los que más contratos entregaron a las empresas fantasmas que hoy son objeto de una amplia investigación.
Interminables instituciones sin recursos, endeudadas con proveedores, la propia Universidad Veracruzana: 2 mil millones.
¿Dónde está ese dinero?
El escándalo en Veracruz sale a la luz pública y las observaciones que se le hacen al gobernador y no le importa.
Es más, se quiere blindar.

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