Es urgente garantizar el acceso a medicamentos controlados, particularmente los opiáceos. Es una crisis silenciosa que afecta a gran parte de la población mundial la falta de acceso a medicamentos controlados.
La cifra es devastadora con el 75% de la población del orbe que vive en países con escaso acceso a estas medicinas. Además, el 92% de la morfina en el planeta solo la conoce el 12% de la población que la necesita. Su consumo se centra en Estados Unidos y Europa. En tanto que personas con padecimientos de cáncer y con dolores crónicos en otras partes del globo, no tienen acceso a medicinas para aliviar ese dolor.
En el caso de México, más de la mitad de las 600 mil personas que mueren cada año, requieren cuidados paliativos, incluyendo el tratamiento de dolor.
Así se consigna en el Informe, que por primera vez en América Latina se presentó en el Senado de la República sobre “El Impacto negativo del control de drogas en la salud pública. La crisis global de dolor evitable”, que hizo la ex presidenta de Suiza, la señora Ruth Dreifuss.
Refirió en el foro que organizó el Instituto Belisario Domínguez, que la Organización Mundial de la Salud (OMS) creó la lista de medicinas esenciales para asegurar el acceso a medicamentos para establecer lo mínimo que los países deben proveer a sus ciudadanos.
Sólo el 25% de los países cumplen sus obligaciones de la lista de medicamentos esenciales. Pero es peor, porque hay una clase particular de medicinas cuyo acceso es más reducido aún y son las medicinas controladas por los Convenios de las Drogas.
