Fabiola Ricci, Legisladora panista. Foto: @FabiolaRicciDiestel
AL SON DEL TEXTO

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Mujeres al frente por Chiapas, invitaron al foro “Alto a la violencia” un análisis de los índices de violencia y como afecta a la sociedad chiapaneca, que se realizó en el hotel Holiday Inn ayer por la tarde, con la participación de Candelaria Rodríguez, Alejandra Soriano, Gely Pacheco, Gloria Luna, Claudia Trujillo y Fabiola Ricci, quienes abordaron diferentes temas que versaron sobre aspectos jurídicos, estadísticas, experiencia política, lucha social y trabajo público, y cuyas conclusiones estuvieron a cargo de la diputada María Elena Orantes López.
Fue interesante escuchar a las protagonistas del trabajo fino y áspero que se han vivido las mujeres, y que las panelistas disertaron ampliamente, analizando las reformas de ley, las nuevas inclusiones y desde luego los avances, pero también los costos que ha tenido.
En solo diez años, 22 mil 800 mujeres han sido asesinadas, y en lo que va del año, la violencia de género ha sufrido un incremento del 150 por ciento, como reflejo también de que ya hay más denuncias, ante la movilidad de las activistas en todos sus ámbitos y trincheras.
Es impresionante escuchar o conocer las estadísticas, como también el observar que aun existan leyes al respecto, estás no son del todo respetadas.
Desde luego que no hay que tener pasividad, esto es que no hay que permitir que el trabajo político y social se estanque y a la vez, se disocie: uno y otro se complementan, y así como vemos a activistas en las calles, también las hay en los espacios de resonancia en dónde se logran más leyes, más amplitud en las tipificaciones de violencia de género, como el que refiere a la violencia editorial en contra de éstas, en especial en los medios informativos, en que son atacadas bajo la justificación de la libertad de expresión pero que ingresan en su vida sexual, familiar, en la idea absurda de que por ser personajes públicos se les puede vulnerar de esa forma ofensiva.
Pues ya está tipificado como violencia de género, algo bueno ahora que se acercan las contiendas electorales en las que, se insiste, parecen todo tipo de campañas ruines y sucias denostando sin más pruebas que sustentarse en la libertad de expresión.
Bajo ningún argumento se justifica tal agresión, y aunque hay las mujeres que hacen su denuncia por este tipo de práctica, la verdad es que ha sido lenta la aceptación de respetar a la mujer con aspiraciones política.
Reseñas como la de Gloria Luna o Alejandra Soriano, pueden dar una idea del cómo se les trata a las que ingresan al argot político: que logran cargos a base de sexo, que las desplazan de las decisiones importantes en las comisiones en las cámaras legislativas.
La misma comisión de género hoy de las más peleadas no era parte de las ordinarias, en la legislatura que compartieron Luna y Trujillo hace años, y en la que trabajaron hasta lograr que fuera contemplada en importancia y cobertura social.
Desde que se instauró la alerta de generó en Chiapas hace un año, al menos 55 mujeres han sido asesinadas, esto es casi esto es más de tres mujeres por mes fueron víctimas de feminicidio en nuestro estado: datos duros, alarmantes, ero a la vez avances, que las panelistas expusieron con claridad y de manera minuciosa, apoyadas con diapositivas, que dejan en silencio.
¿Cómo es posible que tengamos que soportar todo eso, a diario, en el trabajo, en la calle, en la propia casa?
Lamentablemente sigue sucediendo, y es por lo que hay que seguir insistiendo que es de dos, que es de la sociedad, que es un asunto de cultura, en busca de dejar sentado el alto a la violencia, como señaló la legisladora federal por Chiapas María Elena Orantes en su participación.
Ahora, estos foros hay que popularizarlos. No es nada fácil: la falta de disposición institucional, de interés ahora sí que las propias interesadas que no acuden a las convocatorias hacen lento y hasta sinuoso el trabajo de lucha, pero por fortuna hay mujeres como las que participaron ayer en este foro de Alto a la violencia, que no se amedrentan aun los ataques de que han sido objeto y lo seguirán siendo, hasta que en esta nación se aplique la ley y se conozcan al pie de la letra.

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