AL SON DEL TEXTO

Al Son del texto

La protesta ha encontrado de siempre múltiples vías para manifestarse; esto es que es más tenaz: las oligarquías al servicio de la corrupción son obesas, pesadas y muy caras.
Se anquilosan y van estableciendo modus operandi que de obsoleto choca con las masas hasta que se da el enfrentamiento. Ha pasado a todo lo largo de la historia humana conocida y, seguramente en la desconocida en las primeras tribus de la humanidad.
Por eso hoy que existen estas vías de vías, la Red, cuando se proteste que se sustente: eso se llama contundencia; que insulten a un alcalde, gobernador, al presidente ¿qué impacta o cambia?
No, no es con apodos, memes, descalificativos insustanciales, como se denuncia: son divertimento público, eso sí, y hasta lo pueden ver -los políticos- como parte de la catarsis social, y en extremo hasta se ríen de la ocurrencia en su contra, pero no va a perder el cargo.
Qué ha sucedido con todos aquellos textos acusando de esto y aquello al gobernador del estado Velasco, desde interrumpir el tráfico en el Libramiento Norte para tomarse unas fotos, hasta afirmar como si tuvieran los documentos en la mano, que el complejo comercial oriente es de su propiedad, o estar seguros hasta decirlo, que en efecto Peña se vio beneficiado en el trato Odebrecht durante su campaña presidencial.
¡Qué soberbia!
Pero con éstas hay tantas otras que, se diluyen por inexactas.
Hay, en serio –y más de lo que se imaginan- los que ni los leen, pues una cosa es que ingresen a las redes y otra que les interese la política; más miles de los deseados ponen su “like” sin analizar los contenidos o digerir el texto mismo, y reproducen a destajo sin entender nada y es como eso: nada.
Pero lo sumamos que, visto y aceptado, y suponemos que “ahora sí el pueblo ya despertó”.
La deformación de fotos de eventos de ayer fueron publicadas hoy como son en los medios impresos, y algunas veces las versiones merecen hasta el rechazo de los usuarios en especial fotomontajes o de plano denostar en su vida personal a un personaje público porque es político, y esa idea la extienden a sus primeros familiares sean esposas, esposos e hijos.
¿Será que se vale?
¡Claro!
Se vale cuando se tienen los datos de que los familiares son partícipes de hechos de corrupción, y se cuenta con los elementos para cuestionar el uso de lo público a beneficio personal, lo que sabemos tenemos en exceso como lo es la corrupción y el cómo –aún- se tiene la idea de que el cargo autoriza al titular a usar a modo todo lo que de la dependencia dependen, incluyendo al personal, explotándolos en horas extras que nadie les reconoce pues, su desempeño, no registra la necesidad de más tiempo que su horario normal.
En el caso tuxtleco, por ejemplo, fue de todo en suposición y “cálculos” el gasto en el libramiento norte y sur; hasta inventaron por ahí que las jardineras triangulares trataban o buscaban un efecto subjetivo pues bien vistas era claro que significaban “MV” de Manuel Velasco.
Hasta esas llegamos, y también que no era obra de chiapanecos, sino de empresas de fuera, que si costó lo que anunciaron; si fue entregado en tiempo y forma por la empresa constructora, quienes son sus propietarios porque por ahí se puede saber quiénes financiaron a Peña.
En tanto la información matizada, la que es precisa, va en otra frecuencia y se utiliza en otra tesitura.
Esa es la que en verdad impacta, despacio pero contundente, como la del “fiscal carnal”, aún pendiente, que derivó en el fiscal electoral y tiene atorado al fiscal anticorrupción. Esas son las que le duelen al sistema político mexicano.

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