AL SON DEL TEXTO

Al Son del texto

Algo se tendrá que hacer con los comerciantes voraces en las zonas siniestradas

La verdad es más que avaricia que incrementen el costo de los productos porque éstos escasean, porque no es cierto. Sencillamente los acaparan y le incrementan el precio de manera importante, provocando que más de los calculados no puedan adquirirlos, en especial medicamentos y herramientas.
Si bien es cierto que mucho resuelve la ayuda humanitaria, despensas y otros productos de uso normal, es difícil que en la bolsa que toca venga lo que se necesita, y es cuando se da otra labor no comentada, como lo es el intercambio del tipo de pañales, toallas femeninas, tipo de leche para menores, que es otro de los productos que, las madres sabemos, nuestros hijos toman y a veces no es cualquiera pues los afecta y en serio.
Ese detalle no se puede medir a la hora de los envíos y menos de las entregas, y es cuando las mujeres entran en acción y establecen esta red que les comento.
Pero hay veces que no hay esa leche para el infante y hay que ir a la farmacia abierta en medio de la emergencia y ahí es cuando aparece la voracidad y la falta de sensibilidad del empresario “paisano”, desconsiderado y oportunista, que merece todo el cuestionamiento de sus vecinos.
Así sucede en las inundaciones tremendas del Papaloapan, en los huracanes fuertes en desde el Caribe hasta Tamaulipas; en esas zonas de caudalosos ríos y poblados costeños, todo se encarece a la hora de las desgracias, y al parecer no hay manera de controlar esos sobre precios, esa mala fe de los comerciantes, y peor cuando se descubre que hay productos de donación a la venta en sus estantes.
Es increíble pero estos casos se dieron en la ciudad de México y fueron altamente cuestionados y denunciados, con audio y video, y de todos modos no pasó nada.
Así que, al listado anónimo de millones de héroes, están los otros, los encarecedores y acaparadores, los aprovechados de la desgracia como depredadores de lo poco que se tiene, en una lista que no ha de ser pequeña por todos los poblados en desgracia, en dónde los abusivos venden más caro por sobre la urgencia.

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