Enrique Ochoa Reza, dirigente del PRI. Foto/cdn.proceso.com.mx
AL SON DEL TEXTO

Al Son del texto

Tina Rodríguez

La prerrogativa es ley, y para esto se tiene que hacer lo necesario en la norma de referencia a éstas que es la ley electoral.
Desde luego que en una situación de emergencia como la actual, gastar en unas caras elecciones en el país, es una verdadera grosería a los mexicanos en desgracia, y en especial para los que perdieron familiares de una manera tan atroz, y además los que perdieron todo su patrimonio.
Como se recordará desde las dirigencias nacionales de los partidos, se generó la idea de buscar la manera de redireccionar parte de las partidas para las campañas proselitistas federales, que oscila en los seis mil setecientos millones de pesos, que un poco más de la sexta parte presupuestado en primer análisis para la reconstrucción de las entidades afectadas incluyendo a la ciudad de México, que es de 37 mil millones de pesos.
Pero resultó que siempre no, luego que el PRI a su estilo de suficiencia, se fue por el cien por ciento de la partida federal proselitista, lo que dejaría sin movilidad a los candidatos de los partidos con menores recursos y cobertura electoral, a sabiendas de que el tricolor se las arregla siendo gobierno para resolver lo necesario, con donaciones cuyo origen que nadie sabe cómo se podrían verificar, en el entendido de que con los actuales candados y blindajes, de todos modos se dan las violaciones a los topes de campaña.
Obvio es que las versiones sobre el particular se quedaron en la superficie política, pues en la base social fue motivo de burla y descalificativos para institutos políticos cuyos representantes han dejado mucho que desear en su desempeño en gobiernos y representaciones populares, con tantos ex gobernadores corruptos y legisladores incluso locales, evidenciados por sus actos indebidos.
Esta situación la aprovecha el PRI para tirar leña, y su dirigente, Enrique Ochoa Reza, cuestionó que la negativa de Anaya, Barrales y AMLO a renunciar a las partidas presupuestales públicas del INE, deja sin 133 millones de pesos a los fondos orientados a la ayuda de damnificados, y no le falta razón al señalar que “Todos ellos le mintieron al pueblo de México: el 22 de septiembre, PAN y PRD prometieron que la totalidad del dinero de sus partidos se iría al apoyo de los damnificados. El mismo día, López Obrador ofreció hacer lo mismo. Los tres partidos incumplieron su promesa”.
En lo que resta del año, el PRI recibiría 258 millones de pesos en tanto el conjunto de esos partidos 399 millones, de dinero público que presuntamente se destinaría a la reconstrucción.
Por eso no hay que hablar en este país ya bastante incrédulo en los institutos políticos y en quienes se sirven de ellos para lograr sus aspiraciones políticas por sobre las necesidades de la nación.

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