AL SON DEL TEXTO

Al Son del texto

Tina Rodríguez

No sorprendió que el gobernador del estado acudiera por primera vez a un informe municipal de gobierno, precisamente el de su amigo Fernando Castellanos Cal y Mayor, el alcalde constitucional de Tuxtla Gutiérrez.
El mandatario tuxtleco rindió su segundo informe de gobierno resaltando varias cosas importantes, entre ellas que los logros realizados en una ciudad con un panorama urbano bastante abandonado, se ha realizado sin adquirir un peso de deuda pública y contratando empresas cien por ciento chiapanecas para ello.
Datos reveladores de los avances en la rehabilitación en unas y construcción completa en otras, comprende las calles, las vialidades, las llamadas áreas de rodamiento, por años olvidadas y cuyo deterioro la verdad no se registró en la presente administración.
Destaco esto porque el alcalde precisó que ha sido cuestionado por ese motivo, al anunciar que se haría una calle por día, lo que se ha cumplido. Solo que la capital del estado tiene más de 45 mil calles y no hay ni la capacidad para renovarlas todas por motivos presupuestales, y no todas son prioritarias como para dedicarles lo que hay.
Es por esto que los recursos etiquetados para esas vialidades se han incrementado, y desde luego, la meta ha sido superada con mucho, tiene razón cuando mencionó que si sumamos pues resulta que al año corresponderían a 365 calles y en dos años se superan tranquilamente las mil.
La vialidad ha sido motivo de muchos señalamientos y desde luego la opinión pública olvida como recibió este joven alcalde, por decir algo, el centro de la ciudad, con obra inconclusa, ambulantaje, inseguridad, deficiente alumbrado, y todo eso cambió.
Cambió la relación institucional, que ha permitido sin competencias, que los tres niveles de gobierno coadyuven en obra y programas, como por ejemplo en la atracción de inversiones y generación de empleos, como nunca en la capital del estado, además de los incrementos visibles –me consta- en los espacios públicos en los que, nuestra gente acude desde infantes hasta personas de la tercera edad, con parque renovados, rediseñados y respetando su habitad.
Está claro que un alcalde tan joven y desde luego de una filiación política distinta a las tradicionales que han gobernado la capital, sea objeto de críticas dolosas o lo que se llama guerra sucia.
Pero la obra y labores ahí están, incluso la sindical, la laboral ni se diga, reduciendo lo innecesario en personal luego de que la plantilla fue inflada por muy diversos motivos durante trienios.
Hoy el plan de austeridad rinde beneficios destinando ahorros de
Un lado para requerimientos de otro, como en el caso de los trabajos del DIF, presididos por la esposa del alcalde, y cuya cobertura de beneficio se incrementó al cien por ciento, al grado de que no hay quejas de sus servicios al público demandante de atención.
Tuxtla fue una capital abandonada.
Fue una ciudad cuyo centro se vio destrozado con un proyecto que quedó inconcluso y que ya es cosa del pasado.
Costo, desde luego, pero se superó ese bache, como se están superando en la medida de lo posible todos los que se han presentado por parte de los ciudadanos, los que son escuchados cada jueves en la principal casa tuxtleca que es el palacio municipal.
Así entre otras muchas cosas se dio el segundo informe de gobierno de Fernando Castellanos.

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