AL SON DEL TEXTO

Al Son del texto

Tina Rodríguez

Sin exagerar en el riesgo que corre el periodista Silvano Bautista Ibarias por la denuncia que hiciera en torno a la actividad política de la diputada María de Jesús Olvera, quien reaccionó con ánimo maligno de aplastarlo con una demanda por daño moral por cinco millones de pesos, se debe hacer notar que si así actúa una legisladora supuesta conocedora de leyes, igual un ministerio público que no mide la consecuencia política de éste asunto, porque muy aparte de las redes en dónde se manifiesta el apoyo al compañero, la acción legal prosigue su curso.
Olvera tiene tiempo que es señalada por su actuar broncudo y desafiante, en especial en la obra pública federal en la entidad, en dónde reclama exclusividad para sus agremiados en la CTM que dirige en Chiapas, y que desde luego es una cofradía cerrada en la que no entran más que unos cuantos, que fueron los que generaron la problemática de transporte de carga en Chicoasén II, una presa hidroeléctrica con capital de 500 millones de dólares.
El punto es que la entrega de Silvano Bautista está documentada, por lo que se sustenta; es informativa, por lo que se justifica.
Lo que no se justifica es la demanda, y espero que en la valoración de referencia el ministerio público la deseche, porque no se sustenta.
Durante todo el día, la notificación en redes abundó en datos precisos y referencias nada buenas de la legisladora local priista, que, si trató de achicar el tema de sus acciones bajo sospecha y demandada varias veces por eso, pues le creció el embrión.
Lo que genera dudas es ¿Por qué ante tantas demandas, ninguna proceda en contra de esta mujer?
Sin más que sus relaciones políticas que la sustentan, Olvera lleva años al frente de la CTM Chiapas.
De popular o servicial no tiene nada que se le reconozca que no sea cubrir fuertes intereses desde su central obrera, usada como todas sus federadas en el país para que poderosos clanes transportistas tengan asegurado el alquiler de volteos o maquinaria pesada, contratación de personal, entre otras bondades que todavía permite el corporativismo en el gobierno federal.
Lo cierto es que con su demanda la priista se exhibe y le pone una mancha más a su partido, pero vuelve a dejar en claro la epidemia que es la CTM, algo que ya debe terminar en este México que reclama terminar con sanguijuelas del pasado como esa mal llamada central obrera que, como todos los sindicatos agachados ante el gobierno y empresarios, no ha hecho nada en favor de sus representados tanto en salario, servicios, beneficios.
¿O qué ha hecho la señora Olvera que se le reconozca en la presente legislatura?
Y como bien dijeron por ahí, dada la lluvia de críticas que se vertieron ayer en su contra, esta “lideresa” seguramente tendría que preparar hoy más de una docena de demandas millonarias por daño moral, para que el trauma que vive a causa de “las denostaciones” a su persona, se consuele con varias decenas de millones de pesos en compensación.

Print Friendly, PDF & Email

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *