DESTINOS

Aculco

Aculco aguarda a todos los visitantes para ofrecerles un abanico de bellezas naturales y un entorno de columnas basálticas que parecen extenderse indefinidamente. Este Pueblo Mágico del Estado de México, cuenta con un grato clima templado y un entorno de gran tranquilidad, excelente para quien busca relajación y descanso. Para conseguir lo anterior basta con dar un paseo por las calles de esta encantadora comunidad y su típica plaza central.
Pero Aculco también nos da la ocasión perfecta para conocer a una de las etnias más interesantes de México: los otomíes, quienes moran en esta región y que conservan celosamente sus tradiciones, por ejemplo, a través de sus sencillas prendas. Característica de Aculco es su arquitectura típica, con numerosos callejones, patios y corredores, con calles adoquinadas y columnas de cantera. Son de gran interés para quienes acuden a este Pueblo Mágico en plan turístico. Referentes imperdibles del centro histórico de Aculco son la Plaza de la Constitución con su pintoresco quiosco, las plazuelas de José María Sánchez, Miguel Hidalgo y Benito Juárez, los lavaderos públicos y el edificio sede de la presidencia municipal, con su par de acueductos conocidos por los lugareños como Los Arcos. Otras construcciones notables de Aculco, por sus detalles arquitectónicos, o sus antecedentes históricos son: la Casa Hidalgo, la Parroquia y Ex Convento de San Jerónimo y el Santuario del Señor de Nenthé.
Para quienes prefieran opciones de esparcimiento más activas y relacionadas con la aventura en el entorno de Aculco, es recomendable disfrutar del Balneario Municipal, con su alberca olímpica y puestos de artesanía y comida típica; la Presa Ñadó, misma que lleva ese nombre por la impresionante peña de 3,300 metros que se levanta cerca de este vasto cuerpo de agua, ideal para la pesca deportiva, y las Cascadas la Concepción y Tixhiñú, localizadas a 10 kilómetros de la cabecera municipal, siguiendo la carretera Aculco-Amealco. Se trata de un bello lugar con una gran cascada que baña un grupo de columnas basálticas. Tales formaciones geológicas son propicias para la práctica del rappel. Otro santuario natural de gran atractivo para la aventura y el ecoturismo es el salto de agua de Tixhiñú, con su caída de 15 metros que humedecen enormes columnas basálticas.
Magníficas ocasiones para visitar este Pueblo Mágico del Estado de México son las fechas especiales que se celebran a lo largo del año. Por ejemplo, el 19 de febrero se conmemora la fundación del municipio y por ello se efectúa una gran celebración popular; entre marzo y abril se celebra, como en muchas otras partes del país, la Semana Santa, con una magna representación escénica relacionada con la Pasión de Cristo, y el 17 de septiembre tiene lugar el Día de la Fraternidad Aculquense, celebración con más de un siglo de antigüedad y que incluye emocionantes carreras de caballos, en el paraje conocido como El Carril, en la población de Cofradía.
Por último, les recomendamos degustar algunos platillos representativos de esta zona del territorio nacional, como los escamoles, las carnitas, la barbacoa, el mole poblano y los postres típicos conocidos como jamoncillos.

Lugares tradicionales e históricos para visitar

Santuario del Señor de Nenthé. En este pequeño santuario de arquitectura moderna, se venera la imagen del Señor de Nenthé o “Señor del Agua” a quien se atribuye diversos milagros. Cuenta la leyenda, que un día el viejo templo se incendió; los pobladores empezaron a buscar preocupados el paradero de la imagen; para su sorpresa la encontraron intacta al pie de una encina de la cual comenzó a brotar un manantial. Hasta hoy, cuando la temporada de sequía es muy fuerte, los pobladores sacan la imagen en procesión para pedirle que llueva.

Casa Hidalgo. Un acercamiento histórico a este sitio es observar la Casa que brindó albergue a Miguel Hidalgo en su paso a la Ciudad de México el 5 y 6 de noviembre de 1810. En el Estado de México se encuentran conventos, iglesias y catedrales, sitios que se distinguen por su arquitectura ibérica del siglo XVI y en algunos aspectos evidencian la influencia de sus constructores indígenas, como se observa en la Parroquia de San Jerónimo, en este Pueblo con Encanto.

Parroquia y ex Convento de San Jerónimo. El edificio de la parroquia y ex convento se empezó a construir en 1540; quien se acerque a este recinto, puede disfrutar de la sencillez propia de los franciscanos y de un estilo heredado del medioevo europeo que luce contrafuertes y ventanas pequeñas. Ya en 1674, en otra etapa de construcción, se levantó la parroquia con un estilo barroco modificado llamado Tequitqui, esto es, la interpretación indígena de las formas europeas. En un recorrido por el interior observarás un vistoso reloj de sol, un óleo de la Santísima Virgen de Guadalupe y una pintura de Miguel Cabrera realizada en 1790, “La Última Cena”, que muestra el majestuoso trabajo de uno de los artistas más cotizados en la época virreinal. En el ex Convento sobresalen el óleo de San Antonio de Padua, la pintura de San Juan Nepomuceno y el de un franciscano abrazando la Santa Cruz.

Balneario Municipal. Después de algún recorrido por las inmediaciones, el Balneario Municipal (ubicado en las calles de Iturbide y Corregidora), con su alberca olímpica, es el lugar ideal para practicar la natación o simplemente refrescarse; durante los periodos vacacionales se engalana con puestos de comida típica, artesanías y espectáculos musicales que complementan la diversión.

Presa Ñadó. Sin lugar a dudas el Municipio de Aculco reserva paisajes de gran belleza, el sistema montañoso del estado culmina aquí con el Cerro de Ñadó, una espectacular peña de 3,300 metros altura que le da nombre a la presa. Este inmenso cuerpo de agua, ubicado a un costado de la carretera Panamericana, en la comunidad Toxhie, está rodeado por vegetación típica del lugar; es un sitio idóneo para practicar actividades como la pesca deportiva, el campismo, los paseos a caballo y disfrutar de comidas campestres.

Cascadas la Concepción y Tixhiñú. 10 kilómetros de la cabecera municipal, sobre la carretera Aculco–Amealco, de entre un paisaje rocoso, resalta una hermosa cascada que se nutre de las aguas de la Presa Ñadó y corre sobre una calzada de columnas basálticas. Te recomendamos visitarla en verano, cuando el caudal hace de esta caída algo realmente impresionante, la cual llega a alcanzar más de 25 metros de altura. Además de un hermoso lugar es ideal para aquellos amantes de los deportes extremos, las paredes de basalto hacen de La Concepción un lugar perfecto para practicar rappel que cuenta con más de cien rutas trazadas. Otro sitio digno de ser visitado, ubicado 7 kilómetros al oeste de Aculco, es el salto de agua de Tixhiñú; tiene una caída de 15 metros de altura sobre magníficas columnas de piedra basáltica. La fuerza y belleza de este caudal, rodeado de árboles y arroyuelos, es un espectáculo que puedes apreciar en temporada de lluvias.

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