Honda X-ADV: el SUV de las motos

Ciudad de México l La HONDA X-ADV nació como resultado de la concesión de una hoja en blanco al equipo de diseño Honda en Italia, tras varios bocetos que fueron rechazados en Japón y ante la insistencia de su diseñador, finalmente la X-ADV entró en producción. El resultado es una moto diferente, un vehículo que sirve para todo, enfocado a la diversión, el SUV de las motos.La X-ADV comparte el motor, cambio DCT y la parte delantera del chasis de la Integra, todo lo demás es nuevo. El subchasis trasero se ha rediseñado para lograr un mayor espacio de carga bajo el asiento, también la rueda trasera es de 15 pulgadas con este mismo propósito. Las suspensiones son de mayor recorrido, con horquilla invertida regulable en precarga y extensión. El monoamortiguador trasero se monta sobre bieletas y se puede regular en precarga de muelle. De frenos va bien servida, utiliza las mismas pinzas que la Africa Twin, montadas de forma radial y con un doble disco de 296 mm., con ABS no desconectable pero muy bien tarado y poco intrusivo a la hora de apurar frenada.
Esta es una moto grande, admite sin problema a todas las tallas, con una postura erguida y ergonomía perfecta, todo cae a la mano. Es un poco ancha a la altura de las piernas, pero los rebajes laterales del asiento ayudan a la hora de echar pie a tierra. Muy ingenioso es el sistema de regulación manual de la pantalla delantera. Sin herramientas y en cinco posiciones, es sencillo encontrar la posición adecuada para cada tipo de ruta, eso si, deberemos hacerlo en parado pues son necesarias las dos manos. Destacar el completo cuadro de instrumentos, similar al que montan las motos del Paris-Dakar, perfecto en su lectura y muy conseguido estéticamente.
Su bicilíndrico de 750 cm3 y 55 CV está pensado para ofrecer lo mejor a bajo y medio régimen, dando como resultado una gran sensación de aceleración y poderío saliendo desde parado y aunque no sube más allá de las 7.000 rpm, cunde mucho y da la sensación de que son algunos CV más. Su “maridaje” con el cambio automático de doble embrague DCT es perfecto y sin duda una de las grandes virtudes de esta moto. La posición de conducción es muy natural, cómoda para hacer kilómetros. Su manillar “endurero” y postura erguida proporcionan mucha seguridad y control. También las suspensiones contribuyen a las buenas maneras de la X-ADV, están muy bien taradas y producen poca transferencia de peso al frenar, lo que permite mantener ritmos de viaje elevados con facilidad.
Y es que esta moto es muy divertida de llevar entre curvas, francamente sorprende lo rápido, fácil y seguro que se puede ir con ella en carreteras de montaña. Cuanto más retorcida sea la ruta, más partido se le saca. La combinación de postura elevada, manillar ancho, buenos frenos y suspensiones, junto con el magnífico comportamiento del cambio, hacen que sólo nos preocupemos de acelerar y frenar, buscando con la vista la siguiente curva. La esencia del motociclismo, el equilibrio dinámico.
Y aunque no es una trail pura, también se comporta dignamente en caminos y pistas. Pudimos probarla en tierra e incluso algo de barro y aquí también da la talla gracias a unos neumáticos específicos de surco profundo y suspensiones de algo más de recorrido que lo habitual. Siempre teniendo en mente su peso y que el ABS trasero no es desconectable, permite ampliar su radio de acción a recorridos sencillos fuera de carretera, una gozada.
Es cierto que sus 238 kg. la penalizan al moverla en parado y que también le falta alguna guantera en el escudo donde guardar pequeños objetos que debamos llevar a mano, pero cuando empieza a rodar te olvidas de todo. También te hace el día a día más cómodo con detalles como el arranque sin llave, la pantalla regulable sin herramientas, el precioso cuadro de instrumentos tipo rally o el buen espacio bajo el asiento donde cabe un integral mixto con visera.
En resumen, una moto muy completa y polivalente, en la que diversión y facilidad de uso priman sobre las prestaciones puras. Sin duda una firme candidata a moto del año.