AL SON DEL TEXTO

Al Son del texto

Tina Rodríguez

Ni negar que me brincó en un mercado escuchar a dos señoras platicar sobre la cuota escolar en escuela pública.
Una de ellas por lo que sea, la debía y estaba siendo presionada para pagarla, y a esa mujer imagino que, sin recursos para ello, le agregaban desde la escuela del o los hijos, un estrés más de los que se acumulan a diario por la carestía de la vida, incluyendo las escuelas públicas.
Quiero pensar, si partimos de la premisa de que la educación pública es de orden público, es abuso o como dicen los abogados, “inconcuso” condicionar ni negar por el hecho de no pagar una cuota de dinero esa educación, por ese manipuleo de una cuota eufemísticamente llamada “voluntaria”.
No lo es: es una determinación y monto por parte de una asociación de padres de familia cuya dirigencia nunca hace estudios socioeconómicos a los padres.
Esto es que con ese pretexto se pasan por sobre el artículo 3º de la Constitucional, aun se diga desde la SEP que, las cuotas voluntarias no son condicionante de impedir a un alumno la inscripción.
La verdad, fingen demencia.
¿Cómo pedir entonces?, que se respeten las leyes si no hay una campaña enérgica de la SEP para hacer valer esa ley que dicta que, en este país, la educación básica es gratuita.
La ley de referencia dice: “Todo individuo tiene derecho a recibir educación; el Estado-federación, estados, Distrito federal y los municipios-, impartirá educación preescolar, primaria y secundaria. La educación preescolar, primaria y la secundaria conforman la educación básica obligatoria: IV.- Toda educación que el Estado imparta será gratuita”.
¿Y luego?
Pero aun el artículo, y obvio su ley secundaria, en la dependencia de referencia y las escuelas mismas, deslizan lo que se le exige al personal administrativo o docente sobre el que no son válidas las “cuotas voluntarias” y, en este sentido, e implantan como cosa normal, autoridades, directivos, personal docente o administrativo de escuelas públicas, dejar sin el servicio educativo a niñas y niños con esos derechos constitucionales.
Todo por el pago de cuotas fijadas por las asociaciones de padres de familia.
Es decir, la conducta antes descrita se trata de un aspecto que ha sido motivo constante de quejas por parte de los padres de familia, pues no conforme con afectar su peculio, también son condicionados o amenazados con no entregarles las boletas de calificaciones de sus hijos o no inscribirlos en el siguiente ciclo escolar.
¡Basta!
Aurelio Nuño estuvo con la Conago hace unos días en Tabasco; habló maravillas de su reforma educativa, pero la señora en el mercado viejo de Tuxtla Gutiérrez, hablo de la realidad: debe la cuota y la están presionando.
Obvio pregunte qué escuela, y solo me miro: soy una desconocida para ella.
Pero basta saber que como yo es madre y temió represalias a su hijo o hija.
Así ¿Cómo se atreven de hablar de apoyo a la educación?

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