Pensar en voz alta

Yolanda Pardo

Las personas que viven solas, son más propensas a hablar para ellas mismas o platicar con sus plantas o mascotas, Eso todo el mundo lo ve normal, pero si nos encontramos de repente en la calle con alguien que habla para sí mismo, pensamos que no está muy bien de la cabeza, aunque todos, alguna vez lo hayamos hecho.
Cuando de pequeños mamá nos ordenaba ir a la tienda, durante todo el camino íbamos repitiendo lo que nos había encargado, para no olvidar uno sólo de esos artículos y sin saberlo, estábamos empleando una de las más eficaces técnicas para memorizar.
Muchas personas mientras caminan por la calle, van hablando solas y pese a lo que los demás piensen, no es un indicador de demencia, sino que además de saludable, es signo de genios, (a quienes también suelen calificarlos de locos, dicho sea de paso), según lo ha comprobado la ciencia.
Algunas de las personas más inteligentes de este planeta, según anales de la historia, hablaban para sí mismos, como Albert Einstein y valga como mejor ejemplo.
Aunque hablar con uno mismo también está asociado a enfermedades mentales como la esquizofrenia, no está exento de que lo hagan mentes brillantes que además es una práctica positiva y saludable. Cada quien sabe sus motivos, sus soledades, sus conveniencias y sus riesgos.
Hablar con uno mismo hace que el cerebro trabaje de forma más eficiente y si no fuera por esos “locos” nos hubiésemos perdido muchas obras literarias, poesías y monólogos, pinturas y esculturas y otras creaciones artísticas, ya que según un artículo investigado y escrito por Gigi Engle, afirma que las personas más inteligentes de la tierra, hablaban para sí mismos.
El cerebro funciona de manera más eficiente y se memoriza mejor, los pensamientos y las acciones, se organizan más fácilmente, cuando se habla para uno mismo esos son algunos de los beneficios que obtuvimos desde niños cuando conversábamos con nuestros juguetes, transformando esos objetos inanimados en unos con vida propia que nosotros les regalábamos.
Esta acción indica que somos autosuficientes, nos ayuda también a elevar la autoestima, a alcanzar metas, a encontrar objetos supuestamente perdidos o los que buscamos en alguna tienda y esto ha sido comprobado con experimentos realizados hace poco tiempo.
En un estudio de los psicólogos Daniel Swiglei y Gary Lupyan, comprobaron que cuando se busca un objeto y se repite su nombre en voz alta, es más fácil localizarlos, pero sólo si estos, son conocidos en su apariencia física, para el buscador.
Para alcanzar metas más fácilmente, debemos decirlas en voz alta y de preferencia refiriéndonos a nosotros mismos en segunda persona, de esta manera centra la atención, refuerza el mensaje y controla las emociones se ponen las cosas en perspectiva y las ubican en la realidad, al menos eso afirman quienes han investigado el asunto y a nosotros nos corresponde comprobarlo, total que más da si nos tildan de locos, con esta información tenemos la excusa de ser unos genios.