AL SON DEL TEXTO

Al Son del Texto

Tina Rodríguez

Una serie de moralinas se desprenden siempre del día internacional de la mujer, que sigue pidiendo lo mismo desde hace ya un siglo, sin que se les conceda al cien, o como sucede en México en el caso del aborto, que solo se permite en ciudad de México, mientras en otros estados es penado como delito, y no son pocas las mujeres que pugnan condena por ello, en un supuesto afán de hacer respetar la vida.
No son pocos los grupos moralinos en el país incluyendo al clero cristiano-católico, que han logrado detener toda iniciativa en los estados, pero ni voltean los miserables de alma, a ver y menos a apoyar a los niños en situación de calle, porque solo se trata de lucimiento y no de compromiso social.
No me explico cómo creen dentro de su fe, que, impidiendo el aborto, pero dejando a niños en situación de calle no solo a la intemperie, sino en la posibilidad de caer en las manos del delito, salven sus retorcidas almas.
También es cierto que las condiciones de las abortantes son muy complejas, muy pocas, pero sucede, realizan el acto ya con el producto muy desarrollado, y desde luego de manera clandestina; esas condiciones a veces precarias, causa efectos secundarios incluso lamentables para la mujer.
Ya sabemos que se dice que si no quieres abortar no te debes de embarazar; la cosa es que sucede y desde luego, se da el aborto. Tenemos entonces que estando en condiciones de embarazo no deseado, ni para dónde recurrir, muchas son las mujeres que buscan apoyo en amigas y amigos que conocen con quien acudir de manera clandestina, caro, a riesgo, y si es médico mejor.
En el caso de adultas con capacidad de decidir, la situación se facilita más, pero en el caso de menores de edad la cosa se complica para ellas, pues no buscan apoyo más por vergüenza que por miedo a abortar.
Las más se vienen casando y teniendo a un hijo que la va a atar en su desarrollo personal un buen de tiempo sino es que hasta ahí se truncó su desarrollo y hasta son casadas sin amor.
Todo lo que se desprende por “un error” que ni lo es tanto, y que se ata en base a moralinas casi siempre religiosas que pueden ser superadas con información oportuna a las hijas e hijos sobre hacer el amor, y cómo prevenir cualquier embarazo, y desde luego desechar eso de que la virginidad es la garante de una mujer ante el matrimonio.
Es y ha sido la falta de información desde el hogar, del cómo prevenir embarazos, de manera sencilla, el origen de mucho sufrimiento para la mujer, y todo porque no se habla claro desde el hogar, del cómo prevenir la natalidad.

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